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domingo, 14 de julio de 2013

Julio2013/Miscelánea. LA GOLONDRINA Y EL GATO

La golondrina se cayó del nido al suelo encementado de la calle. Le faltaba muy poco para poder volar por si misma (como sus padres), pero una vez en el suelo sólo pudo dar vuelos cortos. Acabó atrapada en las manos de un ser humano amante de la naturaleza y eso, de momento, le salvó la vida. Se le puso a recaudo de depredadores y le cazamos algún insecto para que comiera. El primer día (la golondrina) estuvo todo el tiempo temblorosa y desconcertada. El segundo ya se atrevió a dar pequeños vuelos por un  jardín al que no acuden gatos ni perros. Hasta que, al tercer día, tomó vuelo y no supimos nada más de ella. Desde las bocas de los nidos del alero todavía están por salir decenas de crías de golondrina. Es de suponer que se produzca algún episodio como el acaecido a Iris, este es el nombre que le pusimos  a nuestra golondrinita y esperamos que algún día para el siguiente verano vuele de nuevo por nuestros campos de Aragón.
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