PALOMAS, PALOMINA, PALOMINO Y PICHÓN
La palomina es un potente fertilizante. Durante el invierno subíamos a la torre de la iglesia a por excrementos de paloma, la famosa palomina que utilizábamos en el huerto. Algunos de los pichones, llamados palominos, se los comía el cura y la población de palomas permanecía estable. Las palomas en la ciudad suelen proliferar en exceso si no hay el control correspondiente. Ya, desde antaño, en algunas ciudades había un empleado encargado del control de las palomas, se llamaba “el palomero”. Las enfermedades relacionadas con las palomas incluyen Cliptococosis, Histoplasmosis y Psitacosis. Usted puede contraer estas enfermedades al respirar el polvo que se libera al limpiar las heces de las palomas. Por lo cual, la posibilidad de trasmisión es escasa, sobre todo ahora que se han abandonado los palomares.