Y EL PONZIO DE HIZO
SUBDELEGADO
(y habitó entre
nosotros)
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Provienen de una vieja casta. Han
recorrido todos los regímenes políticos habidos en España desde 1833 pasando por las repúblicas, las dictaduras y las democrácias (el primero, vistió de ordinario traje baturro). Sus gestos son pausados y su acción calmada, muy calmada. De mañana,
sin mucho madrugar, despachan con el “fiel” secretario. Luego toman un cafecito
y miran por la ventana iluminada al sol de la mañana. Delante… el viejo viaducto,
más allá el Ensanche y a lo lejos, muy a lo lejos, esos secarrales apenas
cubiertos de arnachos, sabinas rastreras y tomillos. Piensa para sí mismo. Aquí
se está bien, se está muy calentito. Procuremos que la provincia esté en calma. ¡Qué no haya
novedades! ¡Qué en Madrid… sepan que existimos, sólo como dato estadístico! ¡Bien, bien, amigo Bizén!… ¿hay alguna
novedad? No hay ninguna, señor Ponzio. Sin novedad en la provincia. ¡Muy bien,
muy bien! Puedes retirarte.
Mientras la provincia se
desangra, toda la preocupación del Ponzio es mantener su sillón-sueldo caliente.
Eso se logra no importunando a Madrid. Su pasión por esta tierra estriba en que
“no haya novedad”. Veamos el ejemplo de la carretera al Rincón de Ademuz. En
Libros pasa la procesión por la carretera, pues no hay otra forma de pasar de
la iglesia a la ermita. El Ponzio sabe cómo está esa carretera NACIONAL. En el ranking
de las peores de España, seguro que tiene el número uno (cum laudem). Pero el señor Ponzio
no quiere problemas y manda a la Guardia Civil para que le meta una multa a la
procesión de la Virgen del Pilar. Metedura de multa y metedura de pata.
Cómo salir del apuro y quedar
bien. Llama al Alcalde y le dice que ya no le multará más. Pero Ponzio no llama
a Madrid y le dice: ¡hasta aquí hemos llegado! Ponzio calla, Ponzio apacigua,
Ponzio quiere que haya paz… una paz larga y duradera…una paz de sepulcro... sepulcral.
Ponzio piensa que cualquier día
puede haber un accidente y puede que esa mañana su secretario le anuncie una
muerte. Hay que tener preparado el traje negro, capear el asunto, prometer
mejoras. Pero el Ponzio no llama a Madrid y… NO DIMITE. La ética personal se lo
reclama, pero… lo último será dimitir. No debieramos ser pasivos ante estas
situaciones. Pero amigo… más cornadas da el hambre.
Ponzio seguirá así, con esta
actitud sumisa, tragándose los “marrones”… todo, todo con tal de no importunar
a Madrid y seguir, cada mañana, mirando por ese limpio ventanal el horizonte de
una provincia que intuye que está ahí y es la razón de su suculento sueldo.
La N-330 es una carretera
tercermundista, lo dicen los que han estado en Marruecos y los marroquíes que
han venido a España como inmigrantes. Aquí, casi todo (no todo) suele ser
tercermundista salvo, eso sí, el sueldo de los altos funcionarios del Estado.
Esos son de Primera Categoría.
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Fotos tomadas desde el coche de Marcial.
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