MONTEARAGÓN
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El castillo de Montearagón ha sido es y será un símbolo del pasado, presente y futuro de Aragón. Sobre una montaña a la vista de Huesca se eleva con suntuosa grandiosidad este castillo señero de Aragón. Tumba de Alfonso I el Batallador.
Los moros habían llegado a Tours y los Francos pusieron una marca para detenerlos: los condados catalanes y el reino de Pamplona. Pero, estas “marcas” no estaban pensadas para la conquista, para la reconquista, simplemente se crearon para frenar a los moros. La Iglesia, superestructura ideológica lo sabía y espero el momento oportuno. En la parte occidental de la península la reconquista ya había comenzado. Tuvo que caer el Califato en 1031 para que la Iglesia alentara la reconquista en la parte oriental. En el año 1035 nace el reino de Aragón, una entidad reconocida solamente por la Iglesia. Ramiro I, Sancho Ramírez, Pedro I y finalmente Alfonso I. Este es el rey que buscaba la Iglesia. El rey ideal, fuerte, imbatible, guerrero hasta la médula. Bueno, no todo era perfecto, su matrimonio con Urraca fue un fracaso pero, durante un tiempo, fue Imperator. Conquistó Zaragoza y el impacto de la conquista llegó hasta Cella. Soñó con Jerusalén... Para defender Zaragoza tuvo que fortificar Soria y Molina y Monreal... Fue el primer rey de Soria. En Molina (luego de Aragón) se organizaron los Almorávides para reconquistar Zaragoza y les dio batalla en Cutanda, justo en la ruta de las caravanas que unía Valencia con Zaragoza. De haber prolongado Dios su reinado se habrían visto cosas maravillosas. Lo enterraron en Montearagón pues es un lugar con un amplio horizonte. Un horizonte universal como Alfonso.
Por eso Montearagón es un castillo singular en Aragón. No es un castillo cualquiera. Representa el empuje, la lucha, el esfuerzo, el sacrificio, el aragonesismo... Montearagón no puede estar en ruinas. Debe ser levantado desde sus cimientos y elevado a la categoría de monumento del aragonesismo. O se entiende o no se entiende.