Cuando se trata de recreaciones históricas o de representaciones teatrales que interesen el uso de ropajes o símbolos religiosos, parece lógico que de ellos se haga el debido y respetuoso uso.
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Cuando se trata de creaciones artísticas, teniendo en cuenta el abanico tan enorme de temas y asuntos, puede cuestionarse el remitirse, facilonamente, a temas del cuto católico y del pasado que ya se han superado. En la imagen una representación con travestis de la Última Cena de Jesús expuesta en la olimpiada de París. Es posible que la imaginación de los creadores no llegue más allá??? La escena ha sido denunciada por transgredir los sentimientos religiosos de mucha gente.
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He aquí otra muestra de intolerancia. Nuestra sociedad requiere, todavía, mucha cultura y pedagogía: respetar a los demás si queremos ser respetados. El banco que se encuentra a la salida del viaducto viejo ha sido numerosas veces vandalizado. Aquí conviene, no mirar al pasado, sino plantearnos el futuro que queremos. Ni mofarnos de la Iglesia ni denigrar las concepciones personales sobre cualquier tipo de colectivo. Parodiando a Fernando VII podríamos decir: "Vayamos todos juntos y yo primero, por la senda del respeto mutuo"
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