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viernes, 16 de mayo de 2025

Mayo2025/Miscelánea. ¿QUIÉN ES MÜLLER ?

 

Gerhard Ludwig Müller (Maguncia-Finthen, 31 de diciembre de 1947) es un teólogo y cardenal católico alemán. Ha sido prefecto de la Congregación para la Doctrina de la Fe, presidente de la Pontificia Comisión “Ecclesia Dei”, de la Comisión Teológica Internacional y de la Pontificia Comisión Bíblica.

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El 2 de julio de 2012 fue nombrado por el Santo Padre Benedicto XVI Prefecto de la Congregación para la Doctrina de la Fe y Presidente de la Pontificia Comisión “Ecclesia Dei”, de la Comisión Teológica Internacional y de la Pontificia Comisión Bíblica. Sucedía al cardenal Levada que a su vez había sucedido al cardenal Ratzinger, al ser nombrado Papa en 2005.

Sobre su nuevo cargo decía: “la Congregación para la doctrina de la fe tiene la responsabilidad de aquello que interesa a toda la Iglesia en profundidad: la fe que nos conduce a la salvación y a la comunión con Dios y entre nosotros” y añadió “la Congregación debe, ante todo, promover y hacer comprensible la fe, y es éste el factor decisivo. A ello se añade después el hecho de que la fe debe ser defendida contra errores y desvalorizaciones.”

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RORATE CÆLI

Card. Müller sobre la Misa tradicional y León XIV: creo que es capaz de encontrar una solución

Una buena parte de la entrevista concedida en Roma por el cardenal Gerhard Ludwig Müller a la periodista Nicole Winfield, de Associated Press, se centró en la fundamental cuestión de la Misa Tradicional. Y digo fundamental porque Francisco decidió crear la controversia al fomentar la división en un problema que Benedicto ya había zanjado con la pacífica conformidad de todos. Francamente, si Francisco no la hubiera tocado nadie hablaría del asunto.

Veamos algunas de las cosas más importantes que dijo:

Entraron al Cónclave la semana pasada ampliamente superados
 en número y dolidos porque durante doce años Francisco
 los había tenido marginados. A pesar de ello, conservadores
 y tradicionalistas contemplan con cauteloso optimismo la
 histórica elección de León XIV, con la esperanza de que
 restablezca el rigor doctrinal del papado, en tanto que
 los progresistas tienen la impresión de que seguirá
 llevando adelante el programa reformista de Francisco.
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Monseñor Gerhard Müller, titán del bloque conservador,
 declaró el lunes pasado que se alegraba mucho de la
 elección y espera que León remedie las divisiones
 que se intensificaron durante el reinado de Francisco.
 Müller, que fue destituido por Francisco de su puesto
 de máximo responsable vaticano de la doctrina, propone
 que como primera medida León restablezca el acceso 
a la Misa de siempre, a la que su predecesor había
 puesto grandes trabas.
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«Tengo el convencimiento de que superará esas
 superfluas tensiones que tan dañinas han 
resultado para la Iglesia», afirmó el purpurado
 alemán en una entrevista a la agencia AP. 
«No se pueden evitar todos los conflictos,
 pero sí hay que evitar los que no son 
necesarios, los superfluos».[…]
«Yo diría que ha causado muy buena 
impresión a todo el mundo, y al final
 ha habido mucha concordia, mucha 
armonía», declaró. «No hubo polémica
 ni partidismos».
En la entrevista, que tuvo lugar en
 la biblioteca de su apartamento, a
 pasos de la Basílica de San Pedro, 
Müller afirmó que las severas medidas
 de Francisco contra los tradicionalistas
 y la Misa de siempre dieron lugar a unas
 divisiones innecesarias, y León sabe
 que tiene que remediarlas.
Benedicto XVI había atenuado
 las restricciones a la Misa 
Tradicional, que se había celebrado
 durante siglos antes de las reformas
 modernizantes posteriores al Concilio 
en los años sesenta, permitiendo que 
la liturgia pudiera celebrarse en 
lengua vernácula. Francisco invirtió
 el legado litúrgico característico
 de Benedicto, afirmando que la difusión
 de la Misa en latín había suscitado 
divisiones en las diócesis. Pero las
 rigurosas restricciones de Francisco
 no consiguieron otra cosa que galvanizar
 a sus adversarios conservadores.
«No se puede condenar tajantemente 
ni prohibir lo que es un legítimo 
derecho y una forma lícita de la
 liturgia latina», acotó Müller.
 «Dado su carácter, creo que es capaz
 de hablar con la gente y encontrar
 una solución que venga bien a todos».

[Fuente] (Artículo original.

Traducido por Bruno de la Inmaculada)