UN DOCTRINA FEMINISTA ENDEMONIADA
(Poco importa el juicio que se celebre contra Íñigo Errejon, el "telediario" ya lo ha condenado)
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En el contencioso entre Íñigo Errejón y Elisa Mouliaá se establece una discrepancia de fondo sobre los hechos ocurridos y objeto de denuncia por ella ante un juez. Errejón dice que las relaciones fueron consentidas y Mouliaá que no lo fueron y que es posible que le echaran “algo” en la bebida. Si la denuncia de Mouliaá fuera contra otro hombre Errejón, sin necesidad de pruebas, afirmaría que el hombre acusado era culpable. Diría sin titubear: “Hermana, yo si te creo”. Pero como el denunciado es él, señala que la denuncia es falsa y que Mouliaá hace esto para sacar dinero. De todo esto se deduce que si Errejón dice la verdad, Errejón miente con relación a sus principios y es moralmente culpable pero, si Errejón miente, ella tiene razón y Errejón es igualmente, culpable.
Hay un dicho popular que habla de “tomar tu propia medicina”. Seguramente habrá muchos españoles contentos y frotándose las manos por lo que le está pasando a Errejón. ¿Quién le dio a Errejón a probar su propia medicina? Apuntan, apuntan cerca, y apuntan bien.