¿CÓMO SE OBTIENE EL PODER?
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La historia relata quién (persona o grupo
social) tiene el poder en cada momento. La historia se divide en Edades y en
cada una de ella se determina quién tiene el poder. Los señores feudales (Edad Media), la
monarquía absoluta (Edad Moderna) y finalmente, con la Revolución Francesa se inicia la Edad
Contemporánea. Se guillotina al rey y el poder (antes divino) pasa al pueblo.
Primero la burguesía, luego el proletariado, ocasionalmente el anarquismo
(Comuna de París y Comunas Anarcosindicalistas del Aragón Oriental). Dictadores
de uno u otro signo… Pero siempre hay una constante, no hay escrúpulos a la
hora de conseguir el poder: guerra, traición, veneno, revolución y, finalmente… democracia.
Hitler obtuvo el poder democráticamente. Hugo Chavez dio un golpe de estado pero,
luego, obtuvo el poder de forma democrática. En general, la izquierda gusta más
del proceso revolucionario coincidente con el movimiento romántico que
anunciará Goethe. Las revoluciones románticas tratan de arrasar con el pasado
para dar paso a una nueva era, totalmente renovada y limpia. Se trata de
escribir una nueva página de la historia en un folio inmaculado (pero tinto en sangre).
El problema es que las ideologías,
así como tratan de dirigirnos a un fin concreto: el cielo unas veces o el paraíso
en la tierra en otro. Nunca han señalado explícitamente que métodos son
ilegítimos para alcanzar el poder. La legitimidad nos la da el sentido común,
pero... ¿quién hace caso a ese señor?
Un punto de inflexión nos lo dio Gandhi
al señalar que el camino es la paz. La paz y el método democrático son las dos
piezas fundamentales. Pero sobre todo la ética es la que nos dará la legitimidad.
Por ejemplo, mucha gente de izquierda
se asombra cuando le dices que la Segunda República Española fue ilegítima. Sin
embargo, si entiende clarísimamente, que la dictadura de Franco fue ilegítima,
y todo porque la fuerza, la violencia, es un factor más explícito. Pero a estas
alturas el lector ya habrá adivinado que la historia tiene su propia dinámica.
Sin la sangrienta y terrorífica revolución Francesa, seguramente, aún
seguiríamos bajo la Monarquía Absoluta. Una monarquía que hoy se nos antoja
totalmente contraria a la ética.
Por todo ello, a estas alturas de la
historia debe quedar bien sentado que la democracia y la no violencia son
esenciales para validar éticamente a quien o quienes detenta el poder.
En la actualidad han desaparecido
básicamente las dictaduras de derechas. Sin embargo, todavía hay anquilosadas
en algunas partes del planeta dictaduras de izquierda. Todo lo dicho si
posicionamos a los musulmanes en la izquierda, al ser anticapitalistas y "amigos" de las corrientes políticas de izquierdas. Esto se observa en el silencio
acusador que practican los partidos progresistas con el trato que dan los
musulmanes a las mujeres…. ¡Y aquí, callan!
A estas alturas del siglo XXI tenemos
claro que el poder determina nuestras vidas y debemos, también, tener claro cuáles
son los caminos para conseguirlo “LEGÍTIMAMENTE”.
En España este capítulo todavía no
está resuelto completamente y deberíamos atender en su justa medida los “ESCÁNDALOS”
que se promueven en la prensa a cuatro días de las elecciones con el objeto de
provocar un vuelco electoral. Esperemos que el ciudadano sepa valorar con
equidad estas maniobras, torticeras y poco éticas.
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