EL FUTURO ESTÁ POR ESCRIBIR
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Hasta principios del siglo XX se
llamó Arcos, a secas; a partir de 1920, toma
el nombre de Arcos de las Salinas. Para mediados del siglo XIX (Madoz) tenía
197 casas inclusas las diseminadas por el término y que formaban los caseríos
de: Agua Buena, Hoya de la Carrasca, La Dehesilla, La Higuera, La Torre, Las
Dueñas, Las Salinas, Los Villares, Mas
del Río, Royuela, Tormagal y Zacarías.
En estas casas o barrios diseminados vivía un tercio de la población que
llegó a alcanzar en 1857 los 1.176 habitantes. La iglesia parroquial que hasta
1955 perteneció al obispado de Segorbe está dedicada a la Purísima Concepción y
tiene un buen puñado de ermitas, algunas de gran valor como la de las Salinas.
Cita Ubieto las ermitas de San Cristóbal, San Juan, San Roque, Santa Quiteria,
el Salvador y la Virgen de los Dolores (en las salinas). El pueblo y la iglesia
sufrieron los avatares de la primera Guerra Carlista y la Guerra Civil (36-39).
Excelente clima veraniego, paisajes,
fuentes, gastronomía y hostelaje dan cobijo desde hace mucho tiempo a numerosos
visitantes. Tiene instalado en el Pico del Buitre el observatorio del Centro de
Estudios de Física del Cosmos de Aragón (CEFCA)
y a sus pies el complejo conocido como Galáctica. Pero lo mejor del pueblo es
la gente; la que aquí vive todo el año, y la que ha tenido que emigrar, pero
que guarda una inusitada fidelidad a sus raíces. Hará bien el joven alcalde de
cultivar este segmento de población tan importante para su futuro.
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