Tal vez fuera por esa atracción
mágica de niño distraído y juguetón. Quizás, también, por arrastrar esa afición a soltar barquitos de papel desde el mismo albortón de la fuente. O
bien, quién lo sabe, pudiera ser su inclinación natural a superarse en los
grandes retos. Lo cierto es que, un día, Vicente Iranzo fue llamado por don Alejandro
Lerroux para ejercer el cargo de ministro de Marina entre el 12/09/1933 hasta
el 08/10/1933.
Al recibir la noticia, de pie, ante la mesa
del despacho de la Presidencia del Gobierno de España, a Vicente se le cuajaron
los ojos de un agua limpia, pura y frutal. Lo poco que sabía de “masas de agua” se
reducía a los caudales que manaban de las entrañas de su fuente. De su pozo artesiano de Cella,
de ese que aprisionó con un potente muro Ferrari.
Vicente, por suerte para la Marina
española, pronto fue liberado de esa tremenda responsabilidad. Sin embargo, ahí
queda el dato. Ministro de Marina, nada más y nada menos…. que un Iranzo de Cella.
Pero aquí no queda la cosa, porque este hombre (comodín) todavía sirvió a
España como ministro de Guerra y de Industria.
Cella comparte con Villarquemado la laguna de El Cañizar. La visitamos ayer y se encuentra en estado lamentable. Es o fue, un espacio natural de un valor ecológico y paisajístico extraordinario. Ahora se encuentra totalmente paralizado el proyecto. Dicen, que el juez, dio las llaves del "tajadero" a los agricultores.
¡Jodidas sentencias!
*
La torre y la iglesia son monumentales. El retablo mayor es de Alpeñés y el suyo propio, renacentista, se perdió casi en su totalidad al espaldarse la pared. Aquí llegó desde Villar del Salz Antonio Ponz a describir tamaña obra (renacentista). La torre necesita restauración y Zarzoso un centro de interpretación.
El Gran Maestre Juan Fernández de Heredia ( el del castillo de Mora) vino de Roma con cuatro reliquias:
Santa Rosina para Cella
Santa Beatriz para Alfambra
Santa Otilia para Villel
y,
Santa Emerenciana para Teruel.