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jueves, 25 de enero de 2018

Enero2018/Miscelánea. LOS GACHEROS HACEN EL SENDERO DE "EL HOCINO DE LA RAMBLA DE MARTÍN DEL RÍO. LA CASCADA DE LAS TELEVISIONES. (TERCERA PARTE)

LA LLEGADA DE LAS CADENAS PRIVADAS DE TELEVISIÓN
(Hoy, 25 de enero, se cumplen 28 años)
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Tomás era un alcalde, más que osado, valiente. Jamás retrocedió ante nadie y ante nada. Por esa razón y por saber adelantarse a los acontecimientos es por la que sus vecinos lo elegían alcalde un año tras otro. Pero, Tomás, ya había sido Alcalde antes de la democracia, todo porque era popular y sabia estar, siempre, a la altura de las circunstancias.
Con todo, a Tomás, de vez en cuando le asomaban las dudas y muy a menudo tenía insomnio.  Aquella noche fría y espesa de enero de principio de los años ochenta, la cabeza le ardía y un sudor frío y húmedo puso la almohada de su cama, mojada, como una bayeta de Vileda metida en las aguas del río Martín.
El sueño, que se repetía noche tras noche, era siempre el mismo y consistía escuetamente en un enorme buitre negro que volaba en círculo alrededor de un cinglo y que luego se posaba y entraba en unas cuevas situadas en mitad de la pared de una roca que se cortaba a pico sobre un caucecillo de agua. De la cueva, tras la entrada del buitre salían siete luces blancas. Luego, las luces desaparecían y Tomás se despertaba siempre, en ese preciso instante.
Habían llegado al lugar dos maestros jóvenes, Pedro y Anselmo, por los que el Alcalde estaba tomando cierto aprecio dado el ingenio que mostraban y su capacidad para cambiar planes, sistema y conceptos, en una España todavía casposa. Por ello, un buen día se decidió a contarles la causa de su insomnio y de sus preocupaciones más latentes. Mirad, les dijo mientras tomaban un vino en la cantina del pueblo, esto me sucede. No encuentro explicación al sueño que me atormenta… siempre el mismo y siempre se repite exactamente igual. De todo, ello lo que más me alucina, son las siete luces blancas saliendo de la cueva de la montaña.
Se despidieron maestros y alcalde con la promesa de estudiar entre todos, ese sueño, y tratar de descifrarlo algún día, si es que el sueño tenía explicación, cosa que veían muy complicada. Los maestros que habían sido educados en el racionalismo social, en la lucha de clase y en el agnosticismo más radical, no creían en fuerzas sobrehumanas, ni creían que aquello tuviera que ver con el más allá. Ni con ningún designio insondable de naturaleza espiritual. Por ello pensaron que, lo mejor, era estar atentos a los sucesos cotidianos y el día a día diría si aquello tenía sentido o solamente eran sueños… pues, como dijo el poeta…”los sueños, sueños son”.
Una de las novedades que habían traído los nuevos maestros a la escuela del pueblo era el estudio de la naturaleza y en la naturaleza. Para lo cual hacían numerosas excursiones al campo. Un buen día decidieron explorar el barranco conocido como El Hocino de la Rambla. Mañana, dijeron los maestros a sus alumnos, traeros el saquillo con la comida que nos iremos todo el día de excursión. Que vuestros padres no se preocupen, pues, volveremos de tarde.
Salieron de buena mañana y enfilaron la rambla. Los maestros dedicaron la mañana al estudio de la flora y de la fauna que se desarrollaba en el entorno de caucecillo que de las altas montañas bajaba. Los alumnos, andaban más pendientes del entorno y de todo cuanto ocurría en él que de las lecciones de los maestros. De vez en cuando era preciso atravesar el cauce mediante unas pasaderas, otras veces, utilizar un árbol caído como rampa para subir a una roca y, alguna que otra vez, escalar la ladera de la montaña. Con todo, los maestros no perdía ocasión de matizar las palabras que decía sus alumnos y que  a su vez habían oído a sus padres.
Por fin subieron hasta el final de la rambla y no porque se acabara allí, todo lo contrario. Lo que sucedía era que, una gran cascada de agua, les impedía el paso. Allí, en una cueva parecida a la que decía el Alcalde ver en sus sueños, al pie de la cascada y recortada en una pared de roca viva, Pedro escuchó a un alumno decir mirando las oquedades de la pared… “mira, parecen televisiones”. Por esa razón la cascada se llamó desde entonces en adelante: LA CASCADA DE LAS TELEVISIONES.
Al día siguiente en clase el maestro Pedro volvió con los alumnos a hacer un repaso de la excursión para asentar y sistematizar lo aprendió. Cuando los alumnos le señalaron el camino que habían hecho todos dijeron que antes de llegar a la Cascada de las Televisiones habían pasado por el Paso de las Cadenas.
Ató cabos el maestro y dijo… ¡Eureka! Los alumnos creían que don Pedro se había vuelto loco. Pero no, acababa de descifrar el significado del sueño que atormentaba al  señor Alcalde. Salió corriendo de su clase y entró sin ningún miramiento en la de su compañero Anselmo. En medio de una gran excitación le espetó… ¡Anselmo!... ¡Anselmo! Lo tengo. Acabo de comprender el significado del sueño de Tomás, nuestro Alcalde.
Es muy fácil le dijo, ayer pasamos por el paraje de Las Cadenas antes de llegar a la Cascada de  las Televisiones con sus innumerables cuevas. Pues está claro. En España tendremos CADENAS DE TELEVISIONES PRIVADAS.
Anselmo no creyó ni un apalabra de lo que decía Pedro y en verdad era difícil de creer pues, aún pasaría una década, para ver este vaticinio hecho una realidad.
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"Un 25 de diciembre de 1989 nacían las primeras emisiones de una televisión privada en España. Eran unas emisiones en pruebas. No sería hasta un mes después hace 28 años, el 25 (otra vez un 25) de enero de 1990, cuando comenzaban las emisiones regulares de Antena 3 de Televisión."
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Cascada de las televisiones
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Cascada de las televisiones
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Diecisiete Gacheros en la Cueva de las Televisiones
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No están en la fotografía Marqués, Espallargas y Chusé. En esta ocasión acudieron 17 Gacheros.
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Cascada de las Televisiones. Le llaman así porque los primeros excursionistas que la visitaron quisieron ver en las oquedades de la roca... televisiones. Es posible que coincidiera en el tiempo con la instalación en España de televisiones privadas. 
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Así creían ver el entorno de la cascada, estos excursionistas.
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GACHEROS EN LA TELEVISIÓN
(Su fama no alcanza límites)
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