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lunes, 24 de septiembre de 2012

Septiembre2012/Miscelánea FORMICHE ALTO ( I I )

FORMICHE ALTO
Además de la ermita del Loreto, hay otra ermita dedicada la Virgen del Pilar en la carretera que va en dirección al Castellar. En esta ermita del Pilar, que me la enseñó Ángel Torres y que nunca sale en ningún documento, parece ser que se celebran unas fiestas de moros y cristianos  a manera de dance. Conserva el pueblo dos ladrillos de cerámica (a manera de lápidas en una esquina) que recuerdan el suceso por el cual dos primos  de 19 y 20 años murieron a trabucazos. También es curioso el festival de Jotas Gorrinas y la recuperación de la fabricación de carbón vegetal. El pueblo sobrevive con bastante dignidad que se refleja en el mantenimiento del patrimonio, tanto civil como eclesiástico. La pequeña vega está casi abandonada, pues muchos de sus vecinos viven en Teruel y acuden de fin de semana. También ayuda el importante matadero que tienen instalado. Formiche Alto es un lugar con buenos servicios, una exuberante naturaleza a su alrededor y busca nuevas formas de sobrevivir con el cultivo de la trufa negra. Regado por el río Mijares, en sus huertas hemos comido estupendos higos, uvas, manzanas, y toda clase de verduras que cultivan o cultivaban en los “ceraus”. La gente pasea por la carretera que sube al llano que nos trae e Teruel y que nosotros aprovechamos para torcer a la izquierda y bajar, tras recorre una prolongadísima recta, a Formiche el Bajo.
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Manuel Escriche nació fuera de su tierra, pero es oriundo de Formiche Alto (Teruel). Como consecuencia de la Guerra Civil (36-39) sus padres salieron evacuados hacia Valencia y por eso el nació en Catarroja. Escriche terminó su carrera docente como profesor del Instituto Ibáñez Martín de Teruel. Es uno de los artistas más desconocidos de Teruel y más silenciados. A Escriche le encargaron confeccionar las pequeñas estatuillas que le faltaban al retablo mayor de la Catedral de Teruel. Él lo hizo de manera magistral, pues el trabajo era delicado y de mucho compromiso. Le pregunté un día a Vicente Azuara la razón por la cual faltaban esta figurillas en el retablo catedralicio. Me dijo que durante la Guerra Civil (36-39), también la Catedral fue objeto de expolio. La Custodia fue desmontada y llevada a Suiza y a consecuencia de ello se perdió el viril que sostiene la Sagrada Forma. El retablo mayor de la Catedral lo vio desmontado en piezas, pero por razones que ignora no pudieron llevárselo. A consecuencia de todo ello se perdieron esas pequeñas tallas que tuvo que reconstruir, Escriche.
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