Primer botánico nacido en la Península Ibérica. Como Lagasca, fue también, botánico-agrícola.
*
COLUMELA
*
Nació en Cádiz, el año 4 (antes de Jesucristo). Murió en una ciudad del Asia, el año 54 (después de Jesucristo).
*
Este gaditano ilustre fue un hombre enamorado de la agricultura. Conocía los cultivos, la influencia de los astros sobre la Tierra, el modo de germinar las plantas, la acción de los abonos y de la humedad, el uso de los aperos de labranza… Y además era un estimable poeta.
Los 30 primeros años de su vida los pasó en el campo, que era donde más a gusto estaba. Luego se fue a Roma, donde pronto tuvo muchos amigos. Estos amigos no conocían bien el cultivo de la tierra, y él les enseñaba, no sólo con teoría, sino con la práctica.
- ¿Por qué no escribes un libro con todo lo que sabes? –Le preguntaron.
- Lo escribiré –contestó.
Y escribió un libro en verso, titulado De re Rustica, que quiere decir “Sobre cosas del campo”. Este libro se lo dedicó a uno de sus mejores amigos, que lo estimó como el mejor regalo que se le podía hacer.
Estando en Roma supo por algunos viajeros que en Asia había plantas que no se conocían en Roma ni en España. Y Columela, que era curioso de todo lo que al campo se refería, marchose a Asia. Cuando al cabo de algún tiempo volvió a Roma, dijo que había visto esas plantas desconocidas, pero que no servían para los climas de aquí.
Otro día recibió noticias de que su padre había muerto en Cádiz, y como era su padre quien cuidaba de su hacienda en la Bética, vino a España. Sus tierras habían sido bien labradas y cuidadas y estaban tan prósperas como cuando él las dejó. Columela lloró la muerte del autor de sus días y volvió a consagrarse a la agricultura.
Aún escribió más libros: uno acerca del cuidado que necesitan los árboles; otro sobre los cultivos de las huertas, que no pueden ser los mismos que los que se hacen en tierras de secano, y otro, en fin, sobre la agricultura en general.
Y, al igual que el primer libro citado, también éstos los escribió en hermosos veros latinos, que era una delicia leerlos.
Hoy, cuando leemos los libros de Columela, los encontramos ingenuos, candorosos; pero en su tiempo eran los mejores que jamás se habían escrito acerca de las labores agrícolas, de los frutos que proporcionaban las plantas y del modo de recolectarlos y conservarlos.
Además, sus libros figuran en todas las Antologías de poetas latinos, como modelos de elegancia y de bella exposición. Al final de su vida se le ocurrió volver a Asia, y allí murió a los 58 años de edad.
Antonio J. Onieva.
Editorial: Hijos de Santiago Rodríguez. Burgos.
Año 1956.
“CIEN FIGURAS ESPAÑOLAS”