CREADORAS DE NUESTRA HISTORIA
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Desde el neolítico, al menos, desde que se inventó la agricultura, al menos, hubo un reparto de las tareas, quizás porque el hombre era más osado en la caza. Pero, lo cierto es que optó por los trabajos que necesitaban más músculo. Mientras que la mujer dedicó más tiempo al trabajo del hogar. Por esa razón, el hombre labra los campos, domestica los animales, caza, bate los bosques y arrastra la madera, hace la guerra, etc. En el hogar tiene poca actividad. Pero como vemos en la fotografía del matacerdo, es el hombre por su músculo el que mata al animal. Esto, en términos históricos, ha sucedido hasta hace unos minutos. Es verdad que las cosas han cambiado. La tareas del campo son diferentes. Un hombre en un tractor tiene aire acondicionado, hilo musical y no necesita mover un músculo para levantar toneladas de tierra y arar cientos de hectáreas. Si en el campo trabaja un 7% de la población y descendiendo el porcentaje, en la empresa, administración y resto de actividades lo hace hasta el total de la población laboral. La mujer ha dejado la casa para salir a la oficina, pero es una conquista de ambos sexos. La mecanización de toda la actividad humana y más ahora con la Inteligencia Artificial, permite a la mujer de nuevo, competir en igualdad con el hombre fuera del hogar (porque ya no es cuestión de músculo). Pero, el protagonista de este cambio total ha sido el hombre en términos de género, de género masculino. Sin duda alguna. El hombre ha mecanizado el campo (tractores, motosierras, todo tipo de vehículos y herramientas, etc.). Al hombre le atraen las ferreterías, las exposición de maquinaria y herramientas. No hay duda, el hombre ha inventado y sustituido al macho, al buey, por el tractor. Pero, el hombre ha inventado todos los adelantos del hogar. Ha inventado la FREGONA, la LAVADORA, la PLANCHA ELECTRICA, la COCINA DE INDUCCIÓN, el FRIGORÍFICO, el MICROONDAS, los MOLINILLOS, las BATIDORAS, el FREGAPLATOS, etc., etc. Las mujeres bajaron a la mina pero no pasaron de la SALA DE LÁMPARAS. Las tareas el campo, de la mina, de la fábrica, del hogar, de la sanidad y de cualquier campo humano están al alcance de la mujer, porque el desarrollo tecnológico humano que ha “presidido” y potenciado el hombre (género y sexo) lo ha hecho posible.
Estudiar la historia fragmentándola y presentándola como una “historia progresista” lleva al descrédito de quien/quienes tal cosa hacen. La historia no es ni del hombre ni de la mujer, es del género humano. Lo que hace el hombre (epiceno), lo que inventa el hombre (epiceno) debe redundar en beneficio de toda la humanidad. Juntos vamos bien. Enfrentando a unos contra otros/as MAL. Recordad, porque recordar nunca es malo: LOS HOMBRES (epiceno), TODOS LOS HOMBRES, SOMOS IGUALES EN DIGNIDAD. En el resto de cosas somos y debemos ser diferentes. No somos máquinas, somos seres humanos únicos.