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¡¡APOYEMOS A LOS AUTÓNOMOS!!
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AL PAN, PAN
Con pan y vino se hace camino. El pan ha sido históricamente el alimento de los pueblos pobres. En el origen de Teruel, una Comunidad Foral, el rey se reservó para si, los molinos que se construyeron en lo que hoy es el ábside de la iglesia de los franciscanos. Para tal asunto se sangró el río Alfambra con una acequia que se realimentó con otra azud en la Huerta Nueva. La acequia se sigue llamando Molins de rei. Al igual que el rey, los nobles y luego los burgueses, procuraban tener el control del molino. En el siglo XIX con la desamortización de los municipios por parte de Madoz el estado se hizo con los hornos de pan que los vendió luego a al mejor postor. Algunos pueblos pudieron recuperarlos, pero a costa de un enorme esfuerzo. Los hornos de los pueblos, finalmente, han desaparecido por la despoblación. Cuando uno quiere aclarar un asunto turbio y que quede meridianamente claro dice: AL PAN, PAN Y AL VINO, VINO.
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