La Iglesia Evangelista anuncia uno de sus centros religiosos en la margen derecha del río Turia, junto a la antigua carretera de Cuenca, y a los pozos que se construyeron a principios del siglo XX para subir agua a la ciudad. Se trata de una nave o almacén de productos alimenticios a la que ahora se le ha dado el pomposo nombre y la categoría de "CASA DE DIOS". Tan modesto lugar no debe extrañar al profano, ya que también Jesús nació en un pesebre..., sin embargo, asombra que se tenga tan poco recato al tratar un tema cuyos afines, creyentes y practicantes, dan tanta importancia. Y es que se ha despertado una fiebre fundadora de iglesias, sectas y capillas como nunca se había visto. Basta darse una vuelta por Teruel para ver, junto a una frutería o un bar, la oferta de una nueva iglesia salvadora. ¡Vivir para ver!
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Nosotros, por nuestra parte, nos
apuntamos a lo que se decía en una escena de la película "Se armó el
belén", protagonizada por el inefable Paco Martínez Soria. En dicha
escena, a un sindicalista le dicen que tiene que vestirse de sacerdote judío
para figurar en el belén viviente, y responde: "No creo en la Iglesia
católica, que es la única verdadera, como para vestirme de judío, ¡venga,
hombre!"
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