FUENTES CALIENTES
Por Alfonso Zapater
El manantial de Las Fuentes dio bautismo al lugar, aunque también están los de Fuenpicada y La Perezosa. Las aguas hipertermales completaron el topónimo: Fuentes Calientes. Están clasificadas como ferruginosas laxantes.
Desde Teruel hay que cubrir una distancia de 49 kilómetros, por la carretera N-420, con desvío al poco de rebasar Perales de Alfambra, a la derecha.
Fuentes Calientes asienta su casco urbano en una suave pendiente apenas perceptible, en la amplitud del valle que se abre a los grandes espacios en su parte baja. El arroyo de la vega discurre junto al pueblo, con los edificios alcanzándose sobre la margen izquierda. El cauce, de corto recorrido, es afluente del Alfambra.
La antigua aldea de la comunidad de Teruel aparece cercada por campos de labor, con árboles en sus lindes. El conjunto adquiere así mayor atractivo y belleza.
Perteneció el lugar a la sesma de Campo de Visiedo, y luego fue sobrecullida y vereda de Montalbán y corregimiento de Teruel, siempre de realengo, por pertenecer a la comunidad.
Las casas son, por lo general, de dos plantas, y las hay de mampostería y tapial, con la incorporación del ladrillo en los últimos tiempos. Las calles se estructuran llanas, sin grandes cuestas.
La iglesia parroquial está dedicada a la Asunción y es gótico-renacentista, del siglo XVI, construida de mampostería y cantería, de una sola nave cubierta con crucería estrellada. En la capilla situada frente a la puerta de ingreso destacan dos figuras de estuco sobre pilastras, con decoración del siglo XVII. El vestíbulo fue reformado en 1865. La torre de halla adosada al ábside y consta de tres cuerpos, obra también de mampostería y cantería. Sube la planta cuadrada, esbelta, con remate en pronunciado chapitel piramidal.
El edificio eclesial se levanta en solitario, sin paredes medianiles, encarado con el campo abierto.
La población se mantiene últimamente, aunque es inferior a la registrada en el siglo pasado y, por supuesto, a la comprendida en el censo de 1950, de 356 habitantes.
Entre los parajes naturales de mayor belleza se encuentra, naturalmente, el manantial de Las Fuentes, así como el Molino y la Balsa.
La Asociación Cultural Las Fuentes –el nombre parecía obligado- impulsa las inquietudes fuencalientinas y organiza actividades indeterminadas épocas del año. También colabora en la organización de las fiestas, pues importa rescatar las costumbres y tradiciones.
Se honra a San Sebastián y San Fabián el 20 de enero, con las típicas hogueras, y se celebran fiestas el 24 de agosto en honor de San Isidro y San Bartolomé. También se cumple con el rito de plantar el mayo en la víspera de pascua Florida.
En el término abunda la caza, especialmente por lo que respecta a la perdiz, el conejo, la liebre y el jabalí. Sólo entonces, cuando llegan los cazadores, se altera un tanto la proverbial paz del lugar.
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