CALACEITE
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A Calaceite se llega desde el amor a tu tierra, desde el corazón o desde Arens de Lledó. Desde cualquier punto que parta el viajero, siempre llegará a esta villa para encontrarse con el asombro y con la belleza. Aquí vino a vivir el chileno José Donoso para conocer los colores ocre, rojo y gris y aquí nació, Juan Cabré, creador de la arqueología moderna y descubridor del poblado ibérico de San Antonio a tan sólo un kilómetro de la población. Ellos sabían que Calaceite proviene del árabe Qàlat-zeyd, que significa Castillo de Zeyd, sin embargo, el poblamiento es muchísimo más antiguo pues ya los habitaban los Íberos y después, los Romanos. Esto es así, porque la capilla del Pilar, se asienta sobre un arco romano. El edificio del Ayuntamiento es del siglo XVII y tiene también hermosísima lonja. No sólo el Ayuntamiento, sino que también la iglesia y todo el conjunto urbano, fueron declarados “conjunto histórico artístico” con fecha del 12 de abril de 1974. Calaceite está situada entre los valles del Matarraña y del Algás a un altura sobre el nivel de mar de 511 metros. Muchas son las cosas que asombran en esta fantástica villa al recorrer sus calles, de ellas, la de Maella es la única que no puedes dejar de visitar. Tampoco el herraje de la puerta de la iglesia, uno de cuyos clavos no devolvieron los catalanes tras prestarlo para una exposición. Aquí van las últimas fotos del Matarraña. Todo viaje tiene su final y no hay mejor final que comer en la Fonda Alcalá de Calaceite, ahora, completamente remodelada. De vuelta a Teruel paramos un instante en Alcorisa (para tomar un café) que celebraba esos días sus fiestas patronales. Los días de fiesta no son buenos para conocer con sosiego un pueblo.
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