Moneda emitida en Jatiel (Teruel) durante la revolución anarquista de 1936
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AHORA JATIEL SE LLAMA MADRID O BARCELONA
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La historia es la disciplina encargada de describirnos, básicamente tres cosas: como se generan las plusvalías (en el origen, los excedentes agrarios), la razón de las guerras y quién o quienes son los detentadores del poder. Atendiendo a estas tres premisas el lector avezado, podrá entender en gran medida lo que sucede en nuestra sociedad contemporánea. Pero, hay un cuarto elemento que se introduce en la Edad Contemporánea se trata de la Revolución armada y el terror (terrorismo). El romanticismo es la doctrina que lo inspira y, si en un principio sirvió para acabar con la monarquía absoluta, luego, primero la burguesía y luego el poder popular han utilizado este procedimientos violento para alcanzar y restaurar un poder absoluto a la medida deseada. Actualmente todas, es decir la inmensa mayoría de las dictaduras que hay en el mundo son de izquierdas o de la Casa Común de la Izquierda (países no capitalistas).
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La historia es la disciplina encargada de describirnos, básicamente tres cosas: como se generan las plusvalías (en el origen, los excedentes agrarios), la razón de las guerras y quién o quienes son los detentadores del poder. Atendiendo a estas tres premisas el lector avezado, podrá entender en gran medida lo que sucede en nuestra sociedad contemporánea. Pero, hay un cuarto elemento que se introduce en la Edad Contemporánea se trata de la Revolución armada y el terror (terrorismo). El romanticismo es la doctrina que lo inspira y, si en un principio sirvió para acabar con la monarquía absoluta, luego, primero la burguesía y luego el poder popular han utilizado este procedimientos violento para alcanzar y restaurar un poder absoluto a la medida deseada. Actualmente todas, es decir la inmensa mayoría de las dictaduras que hay en el mundo son de izquierdas o de la Casa Común de la Izquierda (países no capitalistas).
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La Comunas del Bajo Aragón de tan amargo recuerdo para mis
antepasados… de nuevo parecen resurgir con fuerza en nuestra Piel de Toro. La
mayor parte de los españoles no conocen, porque la historia se les ha hurtado,
lo que fueron las Comunas Anarcosindicalistas del Aragón Oriental. Cada pueblo
fue “un Estado” que emitía moneda y tenía consiguientemente banco propio. Las
iglesias se desmantelaron y los santos se quemaron en las plazas públicas. Las
tierras se colectivizaron, también, los ganados o lo que quedó de ellos.
Resulta sorprendente que estas “viejas” y fracasadas ideas puestas en práctica
en su día, vuelvan a los medios de comunicación como "novedad". Ni más ni menos
que Madrid y Barcelona, con lo que ellas representan, pretenden tener Banco “nacional”
y emitir moneda. También hemos sabido de un episodio de profanación de un
templo por parte de una “camarada” ahora edil del Ayuntamiento de Madrid. ¿Pero,
es posible que hayan olvidado los anarquistas lo que les hicieron los
comunistas…? Que lo que fue un fracaso
en Jatiel, pueblo de Teruel, pretenda ser ejemplo para los madrileños y
catalanes nos da una idea del destrozo intelectual que han sufrido algunos de
nuestros conciudadanos víctimas del sistema educativo nacional-socialista que
padecemos. Pues aquí, el Currículo, no trasmite una cultura, sino varias y en
algunos casos contradictoria y caótica.
Cuando Europa marcha en una dirección y la
humanidad aspira a organizarse en grandes bloques de poder para defender mejor
sus interese. Cuando se nos anuncia la Europa de los Estados… Aquí, de nuevo
triunfan de la mano de un populismo que envuelve viejas y caducas ideas, lo que
en el año 1936 fue un fracaso total que supuso la división, la muerte, el
sectarismo, el quebrantar los derechos fundamentales de las personas… etc. etc.
En aquella época se bajaron las tinajas de conserva a la plaza pública y hubo
un festín a costa de la longaniza y la costilla de los ricos. Acabada la
conserva, se acabó la revolución. Hubo pueblos que comenzaron con 2.000 cabezas
de ganado y terminaron sin ninguna. Ahora las comunas urbanas se organizan a
base de subvención. Subvención que pagamos las clases medias. Pero, muchos de
los que somos miembros cotizantes de las clases medias estamos hartos de costear
los delirios revolucionarios de una minoría. De pagarles su holgazanería y su
queja permanente. Que sus ideales revolucionarios los dirijan al estudio a la investigación
y a crear un sociedad más próspera que de cobijo a todos.
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