Vistas de página en total

domingo, 6 de mayo de 2012

Mayo2012/Miscelánea. VIAJE A LOS RÍOS EVA Y EBRÓN ( I V )

*
EL CUERVO
*
Dejamos el río Eva y pasamos por Castielfabib sin detenernos. Era media tarde cuando tomamos la circunvalación de la villa y llegamos hasta la fuente. Este es un espacio magnífico de carácter recreativo. Nada más dejar el coche iniciamos el paseo por el sendero botánico. Una excelente idea pero, ahora, un poco descuidada. Todos los defectos del hombre los supera la naturaleza con su exuberancia natural. La acequias cantarinas, el río abundoso de aguas puras y la vega florida en este zaguero de abril. Todo en El cuervo es tranquilidad y sosiego. Una vez que hubimos pasado un rato agradabilísimo en las orillas del río, que no se seca jamás, nos adentramos en el casco de la villa para conocerla mejor. La iglesia tiene un atrio con una escalera frondosa y espectacular. La torre es un siglo más vieja que la iglesia de la Asunción. Para la Asunción (15 de agosto) fiestas patronales y para le Pilar (12 de octubre) también hay fiesta. Tiene la virgen del Pilar minúsculo ermitorio junto a la fuente de las cascadas. Subimos al bar a refrescarnos pues la dueña, vieja conocida, nos agasajó con mucha diligencia. Después de callejear un rato decidimos subir al castillo. Primero quisimos visitar el lavadero, pues todos los pueblos lo tienen y, también, el molino de grano. Éste, abandonado y cubierto de hiedra ofrece una estampa de lo más romántica. Por un sendero iniciamos la subida al castillo y una vez arriba nos dimos cuenta de que no había ningún tipo de construcción, ni barbacana, ni torre del homenaje, ni muros almenados… cuando de pronto descubrimos que la fortaleza estaba escavada en la propia montaña. Es el primer castillo que conozco con esta singularidad. Desde lo alto de la fortaleza se obtiene una visión magnífica de todo el entorno: se abarca desde la vega alta del Ebrón hasta Castielfabib y por otra parte se ve, a vista de pájaro, todo el caserío de El Cuervo. Son muchas las gentes que inician aquí el sendero que les lleva hasta Tormón. Casi todos los pueblos de esta zona llaman a los manantiales de los que nacen o nutren los cauces de los ríos: “amanaderos”.
Tiempo hace ya, desde 1210, en que la conquistara el rey de Aragón Pedro II y  adscribiera la villa a Aragón y al obispado de Albarracín. Luego su historia ha sido lenta y cansina, dedicada a la fábrica de su iglesia y torre, de su castillo y molino. A avenar la vega y darle el riego necesario para fructificar en ella las más sabrosas frutas y hortalizas. En 1936 los rojos (así hacina llamarse) les quemaron la iglesia. Vuelta a empezar de nuevo. Busca El Cuervo formas de sobrevivir a los tiempos actuales y la encuentra más, en el turismo valenciano, que en el aragonés o castellano. Nos despedimos de esta hermosísima villa de la Comunidad de Teruel para irnos a oír Los Mayos a Gea de Albarracín. ¡Todo un espectáculo!
*
*
*
*
*
*
*
*
*
*

*
*