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jueves, 14 de abril de 2011

Abril2011/miscelánea. LA REPÚBLICA


La Primera República Española fue proclamada en las Cortes, el 11 de febrero de 1873 y permaneció hasta el 29 de diciembre de 1874.
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La Segunda República Española es el periodo político de la historia de España comprendido entre el 14 de abril de 1931  y el 1 de abril de 1939.
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14 DE ABRIL DE 1931
PROCLAMACIÓN DE LA SEGUNDA REPÚBLICA
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Por Chusé María Cebrián Muñoz
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No hay nada tan romántico en España como hablar de la república. Doblemente romántica la primera por imposible y, quijotescamente romántica, la segunda, por anhelada. En España, en las dos ocasiones en que se ha vivido un régimen republicano, no ha sido éste vigente por meritos propios, sino por deméritos del monárquico.¿ En qué acabó la Gloriosa (1868) y en qué acabó el régimen de Cánovas del Castillo…? pues, en una república. Y sendas repúblicas acabaron en un fracaso completo. Hoy el concepto república ha sido sustituido por el concepto democracia, y todo los avances sociales que nos hubiera dado la república y que la hubieran consolidado, los tenemos de la mano de un régimen democrático, aunque monárquico. Sufragio universal, libertad de expresión y de conciencia, separación de poderes (esto aún imperfecto), autonomía más amplia que el federalismo de Pi y Margall, matrimonio homosexual, abolición del servicio militar, mayoría de edad a los 18 años y un largo etcétera de prestaciones sociales. Hoy vivimos en un tiempo con unos avances sociales impensables para cuando se plantearon las otras dos repúblicas, sin embargo, también vivimos con una cierta frustración por el modelo de la sociedad que hemos creado. Una sociedad que no puede acabar con el terrorismo de ETA. La corrupción política invade todos los campos y lo putrefacta todo. La economía sufre tremendos contratiempos y, como consecuencia de ello, el paro se convierte en un problema terrible para muchas familias. Vemos la desmotivación para el estudio y para el sacrificio personal en las nuevas generaciones (generación nini). La sociedad de consumo nos aliena y la gente piensa más en el piso, el coche o las vacaciones que en una verdadera formación intelectual. Como muestra de esto último diremos que el último “Estado de Alarma Nacional” (supresión de los derechos y libertades individuales) lo produjo la huelga de controladores aéreos en periodo vacacional (no se estaban conculcando derechos fundamentales, ¡ojo!). Sustituir ahora la monarquía por una república, es algo en lo que no piensan molestarse las nuevas generaciones, desafectas mayoritariamente, de una ideología bien definida. Por esto, el día 14 de abril, pasará sin pena ni gloria para la inmensa mayoría de los españoles. Hoy, hasta el príncipe Felipe podría decir: ¡Viva la República!, sin que por ello sintiera peligrar su futuro como monarca de España. Y quizá, por ello, en la monarquía sea donde también se ha sentido un cambio radical y rotundo. Hemos asistido  inmutables a un matrimonio morganático entre Felipe y Leticia que, en otros tiempos, hubiera obligado a la abdicación del heredero y, para más INRI, la princesa era divorciada…  Todo esto ha hecho que la sociedad vea a los futuros reyes como gente que padece las mismas contradicciones que el pueblo llano. Se podría decir que tenemos una monarquía muy republicana o que España es, una república muy monárquica. Definitivamente esta  es una sociedad muy compleja en la que la solución a los problemas no está en la dicotomía monarquía o república. Por ello deberemos acostumbrarnos, por el momento, a vivir en esta aparente contradicción de tener como forma de Estado la Monarquía y vivir en una auténtica República. El ejemplo más clamoroso de todo esto que comentamos es, sin duda alguna, el Príncipe Felipe. Felipe separa radicalmente su vida oficial de su vida privada. Actúa en la práctica como un funcionario del Estado… y él, sabe muy bien, que en España es imposible despedir a un funcionario.
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