Renovar una avenida de tanta longitud, desde el viaducto nuevo hasta la rotonda de Alfonso II de Aragón, no es una obra menuda. Todo lo contario, los vecinos han tenido que padecer las obras por mucho tiempo, también, los conductores y peatones en general. Pero, parece que las obras llegan a su fin. Las obras siempre producen muchas molestias y trastornos. Según se decía antes, cuando una persona hablaba el sólo por la calle es que: "estaba loco o tenía albañiles en casa". A los vecinos de la avenida Sagunto, les deseamos que pronto estén tranquilos y disfrutando de la nueva calle y de las nuevas aceras. Eso es lo que todos queremos.
*
*
***
**
*
**
*
