EL REPARTO DE LA TIERRA
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El tiempo que comprende desde mediados del siglo XIX hasta mediados del siglo XX España sufre crisis sucesivas y estas crisis son acrecentadas por el boom demográfico: Guerras, pérdidas de las colonias, desamortizaciones, la incapacidad de pasar de una producción artesanal a una producción industrial por la falta del ahorro popular, caciquismo, etc... Este boom demográfico, asociado a las crisis, explosionó a partir de los años 50 del siglo XX. La creación en España de las clases medias originó el abandono del campo y, este exilio masivo, ha dado como resultado la “España vaciada” con la que nos encontramos ahora. Aún en el mejor de los casos, la tentación de marcharse a la ciudad o emigrar al extranjero para tener un sueldo fijo y abandonar el fantasma de la incertidumbre meteorológica y la precariedad económica, era muy fuerte. Y, efectivamente, se produjo el éxodo.
El censo del año 1951 daba en Encinacorba la cifra de 826 habitantes y 777 cédulas de propiedad. Por vecinos o casas, resulta aún más sorprendente ya que se cuentan en torno a los 250 vecinos (o casas) y hay, como hemos dicho 777 cédulas de propiedad.
El número de cepas era de 2.200 por hectárea.
Tras la Guerra Civil (36-39) se plantan más de 1.000.000 (un millón) de cepas.
Los grupos sociales atendiendo al número de cepas que posee cada uno es el siguiente:
Propietarios-jornaleros...... de 1.000 a 4.000 cepas.
Medio-labradores.............. de 8.000 a 15.000 cepas
Labradores......................... de 20.000 a 30.000 cepas.
Grandes propietarios......... de 40.000 a 50.000 cepas.
La emigración que ya venía siendo una constante en Encinacorba (al igual que en numerosísimos pueblos de Aragón) se suma el éxodo, lento pero constante. El agricultor vivía desamparado y pendiente del cielo. Muchas veces tenía que empeñar sus bienes materiales para poder sobrevivir y es posible que, ahí radique, el que haya tantas cédulas de propiedad, seguramente, para que el usurero no se quedara con todos sus bienes. Contra el pedrisco y la sequía estaban las rogativas. Contra los bajos precios "el empeño" de sus bienes. Y un propietario-jornalero o un medio labrador veían que allí no había futuro. Así que, cuando vieron un luz, marcharon del pueblo. La despoblación trajo la mala calidad en los servicios. El resultado es lo que tenemos. Revertir la situación no es posible, únicamente, sería deseable mantener con dignidad los servicios básicos.