La última reforma de la plaza del Torico (que fue un desastre del señor Biel) nos ha dejado un espacio urbano muy oscuro. El suelo gris-negro se come la luz y, si no se acierta en la iluminación, la plaza queda oscura como así ha sucedido este año. Algún día habrá que coger el asunto en serio y reformar integralmente la plaza. Cambiar el suelo y la iluminación amén de reparar las fachadas y todos los etcéteras.
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