Plaza de España
(Oficina de Turismo de Consuegra)
Centro de la
ciudad de Consuegra, es una plaza con edificios singulares e históricos. En
ella conviven de forma armoniosa la arquitectura típica manchega con otras
estructuras de estilo castellano-mudéjar. Punto de reunión de todos los
consaburenses, es también el centro cultural y de ocio, paso imprescindible
para cualquier visitante.
Núcleo de la
vida de la ciudad, en ella se ubicaba el antiguo foro romano. Hoy en día los
principales eventos y actividades siguen estableciéndose en este espacio. Un
recorrido por las calles aledañas nos descubrirá un amplio abanico de pequeños
comercios, pastelerías, zapaterías, tiendas de ropa o bares y restaurantes
donde mezclarnos con los locales.
Es en la plaza
donde encontramos el edificio de los Corredores, en el cual se ubica el Museo
Arqueológico Municipal, posiblemente la construcción más destacada del
conjunto. Data del siglo XVII, en origen sirvió como pósito del municipio
(almacenaje de trigos). Aunque luego cambió sus funciones, es probable que toda
la plaza estuviese rematada con la misma estructura abalconada, pues tenemos
constancia de la celebración de corridas de toros en dicho emplazamiento.
El actual
edificio del ayuntamiento fue erigido en 1670 en un austero estilo castellano
mudéjar caracterizado por los casetones de piedra y las hileras de ladrillo,
con un marcado aspecto de sobriedad, son llamativas sus inscripciones en los
dinteles y el reloj de sol ubicado en su parte superior.
A su lado, está
el edificio de la Fundación Díaz-Cordovés y señora, del mismo estilo que el
anterior. Construido en 1924 por Luis Bellido (arquitecto del Ministerio de
Fomento de Madrid) fue cedido a los Hermanos de La Salle para que desarrollaran
su labor docente, durante largos años ha sido el centro de enseñanzas medias de
la ciudad, actualmente es colegio de primaria.
Por último, señalamos la torre del reloj, edificio del primer tercio del siglo XX que remata el llamativo arco adosado al ayuntamiento. Todo este conjunto hace de la Plaza de España un ineludible sitio de parada donde, además de disfrutar de sus monumentos, se pueden adquirir productos locales de todo tipo, así como premiar al cuerpo con un refrigerio (y su correspondiente tapa) tras una jornada de experiencias.