Mejor es que lo cuides tú. Lábralo, abónalo, pódalo, sulfátalo y recoge personalmente las olivas. Seguramente será más gratificante que la otra opción. Porque apadrinar es ser ecologista, amante de la naturaleza desde el sofá de tu casa. Ahora hay mucho ecologista de sofá que piensan que todo son "pajaritos que cantan y nubes que se levantan."
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