En el medievo, en Teruel y su comunidad de aldeas, había una familia que destacaba. Mientras pervivió el fuero y el capítulo los Sánchez Muñoz (barones de Escriche) señorearon estas amplias tierras del sur de Aragón. Aquí, en San Agustín, tenían en propiedad esta masía torrerada o fortificada, que daba muestra de sus poder feudal. Solamente ha quedado la ermita al amparo de la piedad popular, sin embargo, esta esbelta torre todavía podría ser recuperada a mayor gloria del turismo y supervivencia de las gentes del terruño.
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