Vistas de página en total

viernes, 16 de marzo de 2012

Marzo2012/Miscelánea ARAGÓN FABLA

*
ARAGÓN
A estas alturas del siglo XXI conocemos bien a Aragón. Seguramente habrá cosas que se nos escapen por la densidad de la información y de las imágenes de las que hoy día disponemos. Y, seguramente, los aragoneses del medioevo quedarían extasiados si pudieran, como ahora podemos, sobrevolar nuestro territorio y tener una visión panorámica de él. Libros de historia, de leyendas, de cuentos, de tradiciones orales y escritas, enciclopedias, ediciones facsímiles de Fueros y ordenaciones, etc. etc. Películas, vídeos, filmaciones de todo tipo sobre nuestro folclore  nuestro carácter y sobre la manera de dominar la tierra, en sentido bíblico, tenemos en abundancia. Cómo se podría pensar que un territorio tan pequeño, tan abarcable hoy, haya sido capaz de crear tanta cultura y tantas aportaciones a la cultura de occidente. El Justiciazgo, la Carta de Manifestación y el derecho a la Libertad de Pensamiento y de Expresión, son aportaciones aragonesas inestimables. Todos los estilos arquitectónicos y pictóricos han pasado por nuestra tierra. Aragón ha dado al mundo la gloria de Goya, Lagasca o Ramón y Cajal, por citar tres de los muchos aragoneses universales que nos vienen a la mente sin esfuerzo. Aragón ha colaborado y colabora en el progreso de la humanidad con numerables inventos y avances científicos y, sin embargo, conservamos el tópico del baturro y pervive la figura del cacique decimonónico con sorprendente vitalidad. Las guerras se han ensañado, particularmente, con nuestra tierra. La guerra civil (carlista) del siglo XIX condenó al atraso económico y social a grandes áreas de nuestro territorio, particularmente el sur. La guerra civil del 36 al 39 dejo a Aragón abierto en canal y sus heridas todavía perviven en las fosas y en las iglesias desmanteladas. El anarquismo y la devoción a la virgen del Pilar son, en apariencia, dos puntos contrapuestos de un carácter indomable: se odia con la misma fuerza con la que se ama. Estamos en un momento crucial de nuestra historia, ese en el que debemos convertir la masada y el aprisco, en casa de turismos rural, los trabajos manuales por la investigación científica y la universidad de Zaragoza debe soltar lastre y enderezar un nuevo futuro que, ciertamente y de momento, se ve incierto: acabemos con las castas que aprisionan las cátedras en sentido medieval. Aragón no sueña hoy con ideales independentista, todo lo contrario, busca el progreso, el trabajo y la solidaridad entre todos los españoles y los europeos. El camino directo hacia Europa lo vislumbra en la TCP (Travesía Central del Pirineo) y no sin razón, pues Aragón, es leal y legal con España. Aragón produce alimentos para doce (12) millones de personas y somos (1.300.000) un millón trescientas mil personas aproximadamente, exportamos energía eléctrica en proporciones similares y esta energía es la medida del progreso en el siglo XXI. El sur de Aragón, donde Pignatelli construyó el Canal Imperial de Aragón, ha sido y es la parte más vital, dinámica y aragonesista de todo el territorio. Esta parte del sur de Aragón, que es la fortaleza de Aragón, transcurre paralela al Ebro de forma longitudinal. Pero sobre todo, si alguien quisiera encontrar la esencia de Aragón, ésta se encuentra en el Jalón, en el Mudéjar y en los textos aljamiados. Fernando II el católico fue el artífice del imperio español y el conde de Aranda del partido de Aragón en la época ilustrada. Zurita es el príncipe de los historiadores aragoneses y escribió la segunda parte de los Anales en una casa de labradores de Alpartir. Todo Aragón junto lo tenemos en la GEA (Gran Enciclopedia Aragonesa) obra inestimable de Eloy Fernández Clemente y, sin embargo, Aragón desborda ya los limites de una enciclopedia. Dar a conocer Aragón en toda su intensidad, ahora que llega la Semana Santa, es tarea de todos. 
*
*
*