La Navidad, el solsticio de invierno, es el triunfo de la ciudad sobre el campo. La lucha de la luz por triunfar sobre la oscuridad. Dice el refrán: "Para Santa Lucía, ni crece ni mengua el día." Santa Lucía cae el 13 de diciembre, justo en la octava del solsticio de invierno, 21 de diciembre. A partir del solsticio comienza a crecer el día y comienza el ciclo de la vida. Las hogueras arderán hasta San Juan (en Alicante). Pero, quien ya ha comenzado el ciclo y el encendido de las hogueras, símbolo de la luz y del sol naciente/creciente; de Belenos (Bel) dios celta, es el pueblo de Barrachina en la provincia de Teruel. Una tradición, dicen que perdida, pero que no olvidada.
No es casualidad que Jesús naciera en pleno solsticio de invierno. Como Bel, Él también traía la luz a los hombres y les quitaba, día a día, horas de oscuridad; al mismo tiempo, se anulaban por superposición, las fiestas paganas.
La sociedad de consumo ha hecho propicia la ciudad para estas fechas de consumo y agasajo. La ciudad en Navidad, brilla.
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Decoración del escaparate de Garza
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Avenida Ruiz Jarabo
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Escaparate de Tena
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