LA MAFIA DE LA CAJA RURAL DE TERUEL
Mi hermano, Andrés Cebrián, falleció el 29 de enero del año 2023 y tenía los dineros, que ahorró en toda su vida, en al Caja Rural de Teruel. Dejó testamento. La cosa parecía no tener mayor inconveniente. Sin embargo, la Caja Rural de Teruel, no ha hecho pasar un calvario para poder recibir la herencia, que todavía, a día 7 de agosto, no es efectiva.
El impuesto de sucesiones se pagó el día 21 de marzo de 2023. A partir de ese día nos dijeron en Hacienda de la DGA que ya podíamos disponer del dinero.
Desde entonces, hasta la fecha, todo ha sido una trama de dilaciones pidiendo documentos que estaban ya consignados y entregados. Los herederos estábamos de acuerdo, en todo, con el testamento.
Por el contrario, la Caja Rural de Teruel ha ido cargando en la cuenta innumerables gastos que no se deberían haber hecho de haber efectuado las transferencias oportuna.
Otra cuestión son los intereses del capital allí depositado, cuyos réditos quedan en la Caja Rural de Teruel, sin embargo, los gastos de gestión quedan a cuenta de los herederos.
Desde aquí denunciamos estas prácticas mafiosas que además juegan con el dolor de la familia. En algún sector de la opinión pública se puede pensar que la familia "sólo va a por el dinero", cuando quien efectivamente va a por él es la Caja Rural de Teruel, en este caso.
En general, debido al duelo familiar, no se suele pedir intereses de demora, establecidos por ley y que ni la Caja ni los bancos efectúan.
Es hora de acabar con estas prácticas propias de usureros y farsantes.
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