"Yo quiero ser llorando el hortelano
de la tierra que ocupas y estercolas,
compañero del alma, tan temprano."
de la tierra que ocupas y estercolas,
compañero del alma, tan temprano."
Me gustaría ser hoy, llorando, Miguel Hernández, para poder escribirte un poema con toda la emoción que he sentido al leer tu nombre en una esquela del Diario de Teruel. Creo que siempre quisistes ser libre y amaste la libertad, por ello pienso que, el siguiente poema de Miguel, lo recibirás con gozo y alegría allí donde te encuentres. Yo se que estás en el aire, en el éter, entre nosotros. Nos oyes y nos sientes y como eres Ángel nos proteges. Quedamos en vernos, compañero, más allá de las estrellas. ¡Hasta siempre!
*
EL SILBO DE LAS LIGADURAS
Por Miguel Hernández
*
¿Cuándo dejarás, yegua,
el rigor de la rienda?
¿Cuándo, pájaro pinto,
a picotazo limpio
romperás tiranías
de jaulas y de liga,
que te hacen imposibles
los vuelos más insignes
y el árbol más oculto
para el amor más puro?
¿Cuándo serás, cometa,
pura función de estrella,
libre por fin del hilo
cruel de otro albedrío?
¿Cuándo dejarás, árbol,
de sostener, buey manso,
el yugo que te imponen
climas, raíces, hombres,
para crecer atento
sólo al silbo del cielo?
¿Cuándo, pájaros, yegua,
cuándo, cuándo cometa,
¡ay!, cuándo, cuándo, árbol?
¡Ay! ¿Cuándo, cuándo?...
Cuándo mi cuerpo vague,
¡ay!
Asunto ya del aire.
*
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