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jueves, 21 de noviembre de 2024

Noviembre2024/Miscelánea. TERUEL ES TRILINGÜE

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Artículo publicado en el periódico La Comarca el viernes 1 de noviembre.

SOY DE VALDERROBRES Y HABLO CHAPURRIÀU

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Soy de Valderrobres, y como muchos otros, yo hablo Chapurriàu. Hoy quiero hablar claro y firme sobre algo que está causando mucho ruido: nuestra lengua, mi lengua materna, que ahora se menciona en los libros de texto de tercero de la ESO. ¿Y por qué causa tanto revuelo? Pues porque parece que el simple hecho de reconocerla, de que aparezca escrita, ha sido suficiente para que algunos vuelvan a lanzar ataques contra nosotros. Sí, contra quienes la hablamos, contra el nombre que le damos y, en última instancia, contra nuestra identidad. Hace poco nos sentimos muy orgullosos al saber que nuestra lengua, lo Chapurriàu, ha sido mencionada en los libros de lengua de tercero de la ESO. Esto, para muchos de nosotros, ha sido un paso importantísimo. Que nuestra forma de hablar, tantas veces ignorada o minimizada, tenga un espacio en la educación es un reconocimiento a nuestra historia y nuestra realidad. Pero, en vez de celebrarlo, lo que ha ocurrido es que ese pequeño paso ha sido suficiente para desatar una oleada de críticas, ataques y, por supuesto, el eterno debate sobre si lo que hablamos es catalán o no. Desde ese momento, gente afincada en otras tierras ha comenzado a opinar como si fueran los grandes expertos. Nos acusan de estar utilizando un nombre despectivo, de ser una simple variante del catalán, y de no entender nuestra propia historia. ¡Qué ironía! Esos que no tienen ni idea de lo que supone hablar Chapurriàu se creen con el derecho de decirnos cómo llamarlo y qué es lo que realmente hablamos. Pero hay algo que no entienden, y es muy simple: la lengua es de quien la habla. Nosotros, los hablantes del Chapurriàu, decidimos cómo llamarla y cómo vivirla, no ellos. Lo tengo bien claro: Chapurriàu no es un término despectivo, como algunos insisten en repetir. Nos lo dicen una y otra vez, como si fuera su único argumento. Pero los que lo hablamos sabemos perfectamente que este es el nombre que siempre le hemos dado a nuestra lengua, un nombre con el que hemos crecido y que está profundamente arraigado en nuestra comunidad. Lo que resulta realmente irrespetuoso es que alguien desde fuera pretenda decidir cómo debemos llamarla, y peor aún, que nos digan que lo hacemos mal. El ataque que ha venido tras la inclusión de nuestra lengua en los libros de texto no es solo sobre el nombre, es un intento más de negar nuestra realidad. Pero lo que no entienden es que nosotros estamos más fuertes y más orgullosos que nunca de lo que hablamos. En la Asociación Cultural Amics del Chapurriàu, hemos trabajado mucho para que se nos reconozca, y lo seguiremos haciendo. Nuestra frase “Soy de Aragón y parlo lo Chapurriàu” no es solo un lema, es una declaración de quiénes somos, y no vamos a permitir que nos arrebatan nuestra identidad. Aquí va otra aclaración para los que insisten en confundir: el Chapurriàu no es catalán. Nos molesta profundamente que, cada vez que hablamos de nuestra lengua, venga alguien con ese argumento. Entendemos que el catalán tiene su historia, su peso cultural, y lo respetamos. Pero nuestra lengua, aunque tenga similitudes, no es una simple variante. Es nuestra forma de hablar, y tiene su propio carácter y personalidad. El problema es que los que están fuera de nuestra realidad insisten en hablar como si lo supieran todo. Nos dan lecciones sobre lo que deberíamos decir y cómo deberíamos llamarlo, como si conocieran mejor que nosotros lo que llevamos hablando toda la vida. Pues no, sintiéndolo mucho no lo vamos a aceptar. Nuestra lengua es similar pero distinta, con sus propias peculiaridades lingüísticas, y los que mejor lo sabemos somos nosotros. La lengua es de quien la habla, y nosotros decidimos sobre la nuestra. Sí, la historia tiene su peso, y está bien conocerla. Pero no necesitamos que nos lancen sermones sobre la historia del catalán o del Chapurriàu cada vez que defendemos nuestra lengua. Ya conocemos nuestras raíces, sabemos de dónde venimos, pero lo que importa ahora es lo que hacemos los que estamos aquí, los que vivimos y mantenemos vivo lo Chapurriàu. Y aquí es donde muchos se equivocan: las decisiones sobre el futuro del Chapurriàu las tomamos nosotros, los hablantes. Somos nosotros, los que vivimos en la zona oriental de Aragón, quienes decidimos cómo llamarlo, cómo hablarlo y cómo preservarlo. El Chapurriàu es nuestra lengua, y lo seguiremos defendiendo Desde que se nos mencionó en los libros de texto, los ataques han arreciado, pero no por ello vamos a retroceder. Al contrario, esto nos ha hecho más fuertes en nuestra convicción. Lo Chapurriàu no es solo una lengua, es una parte fundamental de nuestra identidad, y seguiremos luchando para que se respete, para que se le dé el lugar que merece y para que nunca se nos menosprecie.

Manuel Bel . Valderrobres

Presidente Asociación Amigos del Chapurriàu

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