Todas las noticias que nos llegan de esta frontera de Aragón con Francia, casi, se reducen, a los cierres de los pasos fronterizos por razones climáticas o de desprendimientos de rocas. Los pasos fronterizos son pocos, de poca capacidad y problemáticos. De esta situación tiene la culpa, en gran parte Francia. Los aragoneses en general y las instituciones en particular, sí que tienen gran apetencia de abrirse a Francia. De hecho obsérvese la lista del hermanamientos de los municipios de Huesca y Zaragoza (Teruel queda ya, más al margen) con municipios franceses. Casi siempre este hermanamiento se produce a instancia de los municipios aragoneses. Un eje ferroviario de doble vía y una autovía (prolongación de a A-23) colmaría las apetencias de Aragón. Para el resto de españoles, este eje, dada la corriente segregacionista de catalanes y vascos, se ve cada vez mucho más necesaria para poder tener cierta autonomía e independencia. No hay presidente aragonés que no haya viajado al país vecino. Casi siempre vuelven con las manos vacías. Esperemos que algún día el Estado Español ponga toda su potencia en desarrollar este eje que se nos antoja como muy vital para nuestro futuro.
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