Todas las torres mudéjares del casco histórico tienen reforzada su base con contrafuertes. En este caso la torre de El Salvador
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El problema de la inclinación y torsión de las torres proviene de su origen constructivo. En aquella época medieval no existían los conocimientos actuales y la cocción de los ladrillos podía ser defectuosa en lo tocante a la temperatura del horno.
El ladrillo ya puesto en la torre, se seca por tres lados, quedando el lado norte siempre en sombra y por consiguiente poco o nada deformado. El secado natural de las paredes de la torre origina dos movimientos: inclinación y torsión. Siendo el de inclinación, más patente que el otro, casi imperceptible.
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Si por una cosa se hizo famosos Pierres Vedel fue "por cortarle la garra" a la torre de San Martín. Veían los turolenses que la torre se iba inclinando y que de seguir así se podría caer. Nos hemos acostumbrado a ver la torre con este "apeo" o contrafuerte.
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