TORRIJAS
*
El río Torrijas es apenas una teja de agua que lame el pueblo, luego se llamará río de Mazanera, de Albentosa, hasta abocar al Mijares. El Mijares se hace río en la Escaleruela. Son todas, aguas que bajan del macizo de Javalambre tras las nevadas invernales, unas por superficie (las menos), otras subterráneas. El pueblo, recostado en una loma a 1359 metros de altitud sobre el nivel del mar despide aires veraniegos en este mes de agosto. Tal es así que la plaza y la lonja están llenos de vendedores ambulantes (vendiendo) y veraneantes valencianos (comprando) alpargatas y encurtidos necrobacterianos. La torre es la construcción más destacable y la iglesia todavía tiene la portada sin arreglar. Como es día de mercado han puesto estratégicamente una furgoneta y no se puede fotografiar. A la lonja del Ayuntamiento le han "metido unos arreglos” verdaderamente lamentables. Luce el pueblo, como casi todos de la provincia, una cantidad impresionante de cables de la luz que lo afean. Todas las calles bajan hasta la iglesia y el Ayuntamiento, que están en ángulo. Una vez aquí, se baja en escorrentida, de nuevo, hasta el río. Quedan pocas casas que conserven la arquitectura tradicional, pues la construcción ha sido abundante y sin normativa alguna. A pesar de ello el pueblo tiene una bonita vista cuando llegas desde Manzanera pero su interior ya es otra cosa. Lo envuelve una naturaleza abundante en coníferas que cubre sus montes y le da una sensación de agradable bienestar. La iglesia es barroca, como casi todas en Teruel, dedicada a los patronos de los médicos San Cosme y San Damián. Conserva cruz procesional y una tabla pintada en el siglo XVI. Cuando fuimos estaban en fiestas que se las hacen a San Lorenzo. Desde aquí, por una pista, subimos al Pico del Buitre y la ascensión es impresionante, tanto por el paisaje que se divisa como por la cubierta vegetal que llega casi hasta la cima. Las sabinas rastreras producen el cambio paisajístico más importante
*
*
*
*
*
*
*
*
*
*
*
