Vistas de página en total

jueves, 9 de agosto de 2012

Agosto2012/Miscelánea. CAMARENA DE LA SIERRA

CAMARENA DE LA SIERRA
*
Te dejas caer desde los 2.020 metros de Javalambre y llegas, siempre bajando, al pueblo de los veraneantes, de los “pasajeros del estío” que diría Antón Castro. Ahora tiene visitantes en invierno (esquiadores) y en verano (veraneantes). En invierno por la nieve y en verano a la búsqueda del frescor del olmo. Al olmo lo mató la grafiosis y en su lugar han plantado un castaño borde que ya empieza a dar sombra y castañas incomestibles. El municipio ha cambiado totalmente, es irreconocible, si no fuera por la iglesia y, algo menos, por el Ayuntamiento. El bar de la plaza sigue intacto en su aspecto externo y las mesas y los corros de gente alrededor del castaño han cambiado poco. Abundan los edificios de apartamentos de estilo funcional. Camarena tiene balneario, fuentes y lugares para el paseo. Es todo lo que necesita un valenciano para pasar tan ricamente agosto. Pero también le han puesto una panadería argentina en la que puedes encontrar un chocolate riquísimo. Una especie de pabellón cuya estructura abierta es de maderas importadas. Persiste la fuente y también sigue igual la de Los Once Caños río abajo. Por tener tiene hasta hotel y eso ya es mucho para un pequeño pueblo de Teruel. La iglesia es… barroca, como en casi todos los pueblos y hacen romería a la ermita de San Pablo en junio. El gentil hombre de Camarena, camareno/camarenense ha transformado su personalidad aragonesa para adaptarse a las necesidades del mercado. Sin embargo vivir a 1.294 metros sobre el nivel del mar y a los pies del pico de Javalambre marca mucho y te forja una costra/piel dura y resistente a los cambios. Me gusta el lavadero de Camarena a un costado de la iglesia y bajo la veleta de la torre, forjada en hierro, barroca. Salimos pitando para Cascante del Río, pueblo ribereño del río Camarena, por una intrincada y retorcida carretera de alta montaña. Camarena se nos antoja un lugar escondido, de una naturaleza explosiva en los cortos meses del verano, con un invierno largo y triste. Nos queda el recuerdo de los coches apiñados en las calles y el rumor del juego del parchís en la amplia plaza del Ayuntamiento.
*
*
*
*
*
*
*
*
*
"Los pasajeros del estío, que quiere aludir a esas gentes que aparecen cada verano por Camarena como un soplo efímero de brisa, como un relámpago de remembranzas." Antón Castro.
*
*