LA VELETA DE LA POLÍTICA
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Chusé María Cebrián Muñoz
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En España existe un anticlericalismo estructural que nace con la caída del viejo régimen (Monarquía Absoluta) y se instaura y toma cuerpo durante todo el siglo XIX con las desamortizaciones (los Liberales necesitaban dinero). En el siglo XX tiene, el anticlericalismo, uno de sus episodios más crueles con ocasión de la II República en la quema de conventos e iglesias y en el asesinato de monjas y curas por el mero hecho de serlo. Y es que la Iglesia había constituido, desde la Reconquista, un señorío en cada uno de los obispados de España. Catedral, Palacio Episcopal, Seminario, iglesias y conventos eran los signos externos. El cobro de los diezmos, las primicias y los aranceles otro instrumento, junto a la penitencia, del que se proveía la institución eclesial. Este poder, omnipresente y asfixiante, llegó a fatigar a un pueblo paciente y sumiso. Cuando este pueblo tuvo la oportunidad se tomó venganza de una institución que, lejos de reformarse, nos remitía a prácticas y métodos medievales.
Conforme la iglesia dejaba, con su caída, un espacio bien apetecible, nació una nueva institución que tomó pronto cuerpo y forma de señorío político. Este nuevo señorío lo constituyen todos los partidos políticos que tienen alguna representación pública, y en mayor medida PP y PSOE. Los partidos “perciben” dinero del Estado por cada ciudadano y por cada voto emitido. Además como dueños y señores de la administración no les es difícil idear la forma de conseguir enormes sumas de dinero a cambio de favores a bancos o empresas. ¿Quién no ha oído hablar de condonación de deuda a tal o cual partido por parte de instituciones de crédito? Pero la base de su poder está en la política municipal. Como hiciera la Iglesia para crecer, hay que estar cerca del pueblo y reorientar su energía en beneficio propio. La base de esta estructura nace con la división de España en provincias en 1833 (Javier de Burgos) e intenta mimetizar a los obispados, no siempre lo consigue, pero la formula es: una provincia un obispado. Al principio son 49 provincias por 69 obispados, hoy son 52 provincias incluidas Ceuta y Melilla. La última reforma de la Iglesia establece que el territorio de sus diócesis coincida con el de las Comunidades Autónomas (asunto de los bienes de la Franja Oriental de Aragón).
Cuando llegan las elecciones municipales es momento, en los partidos políticos, de hacer militancia. Todo aquel que quiera ir en una lista deberá afiliarse al partido, las ventajas, le insinúan, son enormes: cualquier error que cometas estará detrás apoyándote El PARTIDO. De tal suerte que así aparecen miles y miles de militantes que de otra forma no te explicarías. Esto no es nuevo, por ejemplo, en las elecciones que trajeron a la II República, el poder monárquico tenía el control municipal. Por eso no se dieron los datos de los resultados electorales porque ganó la derecha, es decir los monárquicos. En el año 1931 España tenía 23.563.867 habitantes (23 millones y medio) y se constituyeron, tras las elecciones de abril, 80.000 concejales. Esto en una España eminentemente rural y con mucha población dispersa.
El 22 de mayo de 2011 se realizaron las últimas elecciones municipales y de ellas salieron 2.300 concejales más que en las anteriores de 2007. Este incremento de concejales es idea de los partidos, no de los ciudadanos. Cuando en los años 60 y 70 del siglo pasado la provincia de Teruel pierde hasta 70.000 habitantes, viviendo en un régimen de dictadura, nadie se inmuta y se mantiene casi intacta la estructura del poder político en la provincia. Sólo se producen pequeñas agregaciones de municipios junto a las poblaciones más importantes de la provincia: Teruel, Alcañiz y Calamocha. Algunos pueblos pasan a ser barrios, eso fue todo.
Actualmente tenemos en España 8.116 municipios y 68.462 concejales con una población, eminentemente urbana, de más de 43 millones de habitantes. Son muchísimos concejales y alcaldes y es un gasto impresionante. Pero lo que más sorprende es que partidos que se autodenominan progresistas (CHA, IU) se opongan a la reestructuración del mapa político administrativo de España. El PP ha dicho que habrá un 30% menos de dinero para la política, obligado por Europa. No se trataría de eso sólo, si se fuera consecuente, se trataría de menos municipios, de menos comarcas de menos diputación, etc. etc.
La propuesta de un político inteligente debe ser la de reestructurar el SEÑORÍO, sino, pasará como con la Iglesia Católica. Del anticlericalismo estamos pasando al antipoliticismo. Es ya toda una corriente de opinión, en este sentido, la que circula en la calle e Internet. Si los políticos se hacen opacos, como se hizo la Iglesia, les pesará.
El funcionamiento interno de los partidos es a lo menos ademocrático, formándose, constantemente, las llamadas “corrientes de opinión”. Estas corrientes no son otra cosa que grupos de personas que establecen lazos de complicidad y luego se reparten los puestos en la administración de Estado una vez ganadas las elecciones. La falta de liderazgo, de crítica interna y la adhesión inquebrantable al “jefe” regional constituyen la triste realidad de esta institución que debería autofinanciarse para luego ir con manos limpias a gestionar la administración pública. Pero, lo cierto es que cuando se llega a ese estatus el “árbol” ya ha crecido bien torcido. Junto a la corrupción, se hace visible la incompetencia de la mayoría de sus miembros.
A nivel local da la impresión de que los “racioneros” de AYER, famoso poema de Jerónimo Lafuente, hayan cambiado el hábito religioso por el de político. Así se les ve medrar, como en el famoso poema. Ver poema en el spot titulado: CAPÍTULO GENERAL ECLESIÁSTICO de este mismo blog: http://www.miscelaneaturolense.blogspot.com.es/2012/06/junio2012miscelanea-el-capitulo-general.html
Un municipio hasta 250 residentes tiene 5 concejales. Entre 20.001 y 50.000 residentes tiene 21 concejales. A Almohaja, pueblo turolense con 29 habitantes censados, le corresponden 5 concejales. A Teruel, con alrededor de 35.000 habitantes, le corresponden 21 concejales. Bueno, el problema es encontrar cinco concejales en Almohaja. Seguramente esos concejales vivirán en Valencia y acaso suban sólo a cazar.
Por otra parte, en este pueblecito turolense de 29 habitantes los dos partidos que se presentan a las elecciones pueden tener, al menos, 10 militantes. Pues hay que presentar don listas(a veces fantasmas) con cinco candidatos y al menos un suplente.
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Ayuntamiento.
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