El enfrentamiento de poderes en el seno de la República culminó en las Jornadas de Mayo en Barcelona con encuentros armados y lucha de barricadas entre CNT, POUM y otros grupos revolucionarios y las fuerzas del Gobierno. Las divisiones entre los militantes cenetistas barceloneses y sus representantes en el Gobierno de Valencia, por un lado, y el despliegue de policía llevado a cabo por este último, por otro, pusieron fin a la lucha, al tiempo que CNT y POUM llamaban a sus seguidores a deponer las armas. Desde ese momento la represión se cernió sobre el POUM y sus dirigentes, que eran vistos por el PCE y sus consejeros soviéticos como el eslabón más débil de la izquierda revolucionaria y el más peligroso por sus críticas al estalinismo. En una campaña de calumnias que no amainaría en años, el POUM y Nin fueron presentados como agentes de Franco y de Hitler. El 16 de junio de 1937 la sede barcelonesa del POUM fue clausurada y sus dirigentes detenidos, entre ellos Andrés Nin. Éste fue trasladado primero a Valencia y luego a una cárcel clandestina en Alcalá de Henares. Parece que sus captores, dirigidos por el coronel Orlov de la NKVD (nombre de la policía política soviética en aquel momento), intentaron sin éxito, a pesar de las torturas a que le sometieron, hacerle firmar un documento en que reconocía ser un agente franquista y estar al servicio del nazismo. En torno al 21 de junio fue asesinado en un lugar desconocido, cerca de Alcalá de Henares, sin que su cuerpo haya sido encontrado hasta el día de hoy. Julio Aramberri