Ha sorprendido por lo inesperado. En apenas una semana ha dejado de estar con nosotros. La desastrosa e inesperada reacción a un gotero produjo el dramático desenlace. De hay que nos preguntemos, si el tratamiento fue el adecuado; si se estudiaron adecuadamente las contraindicaciones y si, finalmente, se ofreció al paciente otras alternativas. Estamos en unos momentos en que, junto a unos servicios sanitarios muy deficientes, sospechamos de unas dudosas actuaciones profesionales por parte de los galenos.
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