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miércoles, 15 de agosto de 2012

Agosto2012/Miscelánea. VISITA GUIADA AL ACUEDUCTO EN EL PARAJE DEL BARRANCO DE LOS BURROS

EL ACUEDUCTO ALBARRACÍN-CELLA
 Y LA VÍA ROMANA CESARAUGUSTA-LAMINIO
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Por Chusé María Cebrián Muñoz
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Maria de los Ángeles Magallón Botaya en su libro titulado “La red viaria romana en Aragón” describe el trayecto de este importante camino que traza el Imperio Romano para comunicar el valle del Ebro con el sur de la Península Hispánica. La vía, partiendo de la Puerta Cinegia de Zaragoza, toma la ruta del río Huerva, pasando primero por Contrebia (actual Botorrita), donde se encuentran importantes restos romanos ya que este asentamiento era un nudo viario (aquí se juntaban dos vías romanas). Sigue el camino hasta Muel población que tiene un pantano o presa romana sobre el río. Saliendo de este municipio la vía deja el cauce del río Huerva y tras atravesar una loma pasa al cauce del río Frasno (forma endorreísmo en la Virgen de Lagunas de Cariñena). Estamos en la llanura de Cariñena y tras atravesar Longares, siguiendo por el Camino Viejo de Cariñena, la vía llega a la capital de la actual comarca. De aquí, y para salvar el Puerto del Alto de San Martín, describe un trazado muy próximo al del actual ferrocarril. En Encinacorba queda todavía, en la villa, el topónimo de "El Coso” para una calle que pudo ser el perímetro de un campamento romano establecido para acometer las obras del puerto. En este municipio se ha encontrado un miliario que se ha llevado a la Universidad de Zaragoza para su estudio. Ya en el Campo Romanos encontramos varios puentes para atravesar el Huerva que pertenecen a esta vía. Llegamos así a la Venta del Cuerno (Carae) ahora junto a la autovía Mudéjar. De aquí, la vía, baja al Jiloca por la rambla de Cuencabuena y sigue por este río para llegar a un núcleo muy importante, se trata de la ciudad celtibero-romana de “La Caridad” en Caminreal. En esta ciudad, junto con algunos yacimientos todavía sin excavar en el Alto Jiloca, pudo ser una zona de muy importante valor estratégico para los romanos. Se trata del hiero de las minas de Ojos Negros. Se cita la especial maestría de los nativos para la elaboración de espadas y material de trabajo, con el hierro. También se señala que los celtíberos fueron el último pueblo conquistado por los romanos debido a que sus armas eran de mayor temple que las que traían ellos de Roma. Continúa la vía por Villafranca donde se señala una represa romana y así llegamos, tras pasar la laguna del Cañizar, a Cella, destino de las aguas del Acueducto Romano Albarracín-Cella. De Albarracín sube la calzada hasta el nacimiento del río Tajo y por este punto deja el actual Aragón.
Como puede comprobarse, en el Alto Jiloca había en esta época abundante agua, pues tenemos referencia de una extensa laguna (El Cañizar), una presa en Villafranca del Campo y los famosos Ojos del Jiloca en Monreal del Campo. Partiendo del absurdo de que Cella tuviera en aquella época 95.000 habitantes. La pregunta es inmediata, ¿para qué construir una obra de tal envergadura? ¡Estaban locos los romanos, verdaderamente? ¿Por qué para construir el acueducto, trazan el túnel más largo de todos los construidos por el Imperio Romano, sin inmutarse?
 Creo que hay varias razones, una es la riqueza de la zona minera que atraviesa (particularmente hierro)  y, la segunda razón, estriba en que esta es una vía estratégica en el contexto de las llamadas, Guerras Celtibéricas.
 Para construir el acueducto se utiliza sólo hierro, es una obra totalmente excavada a pico. Pero a su vez, el agua del acueducto al llegar a Cella, se convierte en energía potencial. La energía potencial, que es la que posee un cuerpo por su posición en altura, se utiliza para muchas cosas. Se pueden mover molinos harineros y con ellos alimentar a los obreros de las minas y de las fraguas. Se pueden mover batanes y apelmazar la lana, Albarracín es una zona de especial riqueza lanera. Se pueden mover martillos sobre yunques para forjar el hierro. Además de todo esto, el agua puede servir luego, para beber, para los baños y para el riego de los campos.
Así se explicaría que los romanos al unir el valle del Ebro con el sur peninsular eligieran esta ruta y no otra. Fue una vía a cuyo costado se desarrolló toda una infraestructura productiva. Yo os recomiendo visitar el Centro de Visitantes del Acueducto Romano Albarracín- Gea-Cella y que os hagáis algunas preguntas sobre el tema. La visita será muy instructiva. Mi conclusión es que la vía romana y el acueducto romano son complementarios. Así mismo, pedimos para Encinacorba el Centro de Interpretación de la Vía Romana Cesaraugusta Laminio. 

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