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lunes, 13 de febrero de 2012

Febrero2012/Miscelánea. EL ALTO TURIA

EL ALT0 TURIA
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La primera fotografía está tomada desde una sala de los Juzgados de Teruel,  desde ella,  se ve el Viaducto de Fernando Hue o Viaducto Viejo volando sobre la rambla de San Julián, a su vez ésta, aboca al Turia. La villa de Teruel fue construida atrapando el camino de Zaragoza (puerta de Zaragoza) a Valencia (puerta de Guadalaviar), justo, cuando éste sube desde la vega hasta la muela de la margen izquierda del Turia. Bajamos por la Cuesta de la Mona, atravesamos la rambla de San Julián y las antiguas huertas del Conde de la Florida. El Turia hace poco que toma este nombre, antes, por San Blas, se llama Guadalaviar (río de las Pozas y también río Blanco), lo hace así (Turia) nada más recibir, tributarias, las aguas del río Alfambra a tiro de piedra del Parador Nacional de Turismo. El Alfambra es río virgen o casi, no tiene ningún entibo en su curso y sólo está afecto por las explotaciones arcillosas de Galve y Aguilar. El Alfambra, es el río rojo de los árabes, que los alfambrinos exprimen y agotan en su azud y que renace en Tortajada y en los Baños de la Huerta Nueva. San Blas y Villaspesa son y han sido siempre barrios de Teruel, no tienen término municipal sino que están inclusas, estas dos poblaciones y sus terrenos circundantes, en el término de la capital. Desde los estrechos de San Blas, nada más dejar el pantano del Arquillo, hasta dejar Villaspesa y adentrarte en Villastar hay todo un mundo por descubrir. Citaremos espacios naturales y edificios singulares dejando aparte la ciudad de Teruel. El viajero puede recorrer el sendero construido aguas arriba del barrio de San Blas, que es de una belleza singular, visitar la iglesia del barrio donde encontrará unas bellísimas pinturas de Agustín Alegre sobre el titular de la parroquia y, también, la masía del tenor Marín. Por la margen derecha del  Guadalaviar y siguiendo el canal que nace en el Balsón se llega al Carburo, una pequeña central hidroeléctrica ya en desuso. El paseo es gratificante, pasando por las faldas del poblado ibérico del Alto Chacón y lamiendo las huertas del río hasta llegar a Entrambasaguas, apelativo que se aplica en Aragón siempre que se unen dos cauces regulares. A partir de aquí, de Entrambasaguas, al río lo llamaremos Turia o río Blanco. Pasado el Carburo llegas al Barrio Jorgito y al Pinar de la Muela en la margen derecha del ya sobredicho río. El Pinar de la Muela es zona residencial con bellas construcciones rodeadas de frondosa vegetación desde las que se divisa una fantástica panorámica de la ciudad vieja. En la vega sorprende el almacén modernista de la Tabacalera Española. El camino se continúa, entre verduras, por la carretera de Cuenca rozando los escarpes calizos de La Muela a un lado y al otro, la singular casa de campo construida por los Ferrán. Más adelante Lamples y el paraje increíblemente degollado en rojo de El Rajo, conviene visitarlo a la luz del atardecer, en él aparecen descarnadas paredes talladas a sangre viva fruto de la erosión. Girando a la izquierda, justo por la casa modernista, llegamos a Villaspesa, atravesando la vega, donde podremos admirar la iglesia del Salvador de belleza incomparable.  La huerta, cortada a cuchillo por el cauce del Turia, nos deja ver entre los chopos desnudos y rectos el paisaje urbano del barrio y los rastrojos del panizo recién cosechado. Villaspesa, que todavía huele a vaca y a leche, fue tras la Guerra Civil del 36 sostén alimenticio  y ubre nutricia  de la capital. Los barrancos bajan erosionando las laderas y dejando limos arcillosos en la vega aluvial. Pequeños Recorridos (PR) señalizados nos conducen a otras áreas del entorno. Volviendo río arriba podemos descansar abrazados por los dos ríos, el Guadalaviar y su afluente el Alfambra, en las instalaciones del Parador Nacional de Turismo de Teruel.
Buen lugar para recordar los versos de Gaspar Gil Polo:
“En el campo venturoso,
donde con clara corriente
Guadalaviar hermoso,
dejando el suelo abundoso,
da tributo al mar potente.”
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