Vistas de página en total

miércoles, 8 de mayo de 2024

Mayo2024/Miscelánea. EN DEFENSA DE LA BANDERA DE ARAGÓN

*
 

REIVINDICANDO LA BANDERA ACTUAL DE ARAGÓN

*

Chusé María Cebrián Muñoz

Entorno al año 1000 Almanzor realizaba grandes razias por territorio del norte peninsular causando la muerte y el terror por todos los sitios que pasaba. Sin embargo, este panorama cambiaría en pocos años. Para el 30 de noviembre del año 1031 cae el Califato de Córdoba. Todo el poder se disuelve en Taifas (pequeños reinos). En este momento se termina el dominio musulmán en la península Ibérica. Los cristianos dejan de ser tributarios de los moros para pasar estos, a ser deudores.  Para mantener la paz deben pagar parias. No obstante la influencia musulmana en la arquitectura, la ciencia y el arte continuarán. Testigo de ello es el camino de Santiago por el que llegan europeos hasta Al-Ándalus en busca de soluciones  para sus problemas.

Por el norte peninsular se organizan tres grupos etnoculturales. Uno de ellos de origen endógeno, los leoneses, otros dos constituyen la MARCA HISPÁNICA y son propiciados por los Francos, nacen así: leoneses, vascones y catalanes.

Los vascones, que aquí nos interesan, ocupan un territorio que abarca hoy: Cantabria, País Vasco, Rioja, Navarra y norte de Aragón. Estos territorios constituyen hoy día el mapa histórico que promueve el País Vasco.

Pero, además de los Francos, hay una superestructura ideológica que dirige la Reconquista. Muchas veces los reyes y nobles pierden conciencia del problema. Así que, El Papado (superestructura ideológica), se preocupa en alentar y promover las acciones necesarias para que la reconquista progrese. Es pues en el año 1035 (cuatro años después de la caída del Califato de Córdoba) con Ramiro I, cuando el Papa lo reconoce como rey de Aragón (engloba también Sobrarbe y Ribagorza). Este nombramiento y creación estratégica de un reino en el pirineo central no se consolidará hasta que Sancho Ramírez (rey de Aragón y Navarra) viaje a Roma y preste vasallaje al Papa como rey de Aragón (no de Pamplona). La idea de reconquista está presente y el Papa al hacerlo vasallo le “encara” la lucha contra el infiel y el pago de 500 mancusos de oro  que se utilizarán en las cruzadas. De estas monedas acuñadas exclusivamente para el Papado se han encontrado dos ejemplares en Oriente Próximo y nunca circularon como moneda en Aragón.

La otra cuestión que señala Fatás es la entrega de los colores papales al hacerlo portaestandarte Papal. Hablamos de bandera (vexilología) y no de heráldica. Los catalanes en sus leyendas hablan de heráldica, barras en un escudo, muestra de lo despistados que van. En Aragón los colores del estandarte real pasan al escudo de Aragón por concesión real.

Por traslación de ideas podemos decir que, si un rey francés le concede a un conde catalán un señal en su escudo y eso se convierte en señal de el conjunto de los condados, por la mima regla de tres el rey de Aragón al recibir del Papado los colores rojo y amarillo puede afirmarse sin ninguna duda que esos colores pertenecen también al reino de Aragón. Es decir al territorio, que es lo mismo que decir  a la nación aragonesa. En Aragón el territorio es patrimonial del rey. Luego concederá “honores” y nacerá la nobleza. Esta nobleza con el tiempo hará hereditarias las “honores”.

Con Ramiro I se inicia, también, una identidad cultural aragonesa a través de un dialecto romance conocido como Navarro-Aragonés. Pero, muy pronto, este pequeño reino sufre una crisis institucional muy fuerte. Ramiro II (el Monje) casa a su hija Petronila con un conde catalán. La nobleza aragonesa ve en esto un sinsentido y se revela (leyenda de la Campana de Huesca).

Esta identidad cultural aragonesa trata de consolidarse pero finalmente no lo consigue. Este intento lo realiza Juan Fernández de Heredia con su famosa Escuela Humanista, que es el intento más serio de normalizar el dialecto aragonés. A finales del siglo XX Francho Nagore normaliza la lengua aragonesa en el ámbito de la cultura vasca, no lo logra) de nuevo  opta por Cataluña  la Academia de la Lengua Aragonesa (ALA).

Finalmente es el rey Juan II quien es determinante para el futuro de Aragón pues con el Príncipe de Viana podría haberse recompuesto un divorcio entre Aragón y Navarra nunca deseado. Intereses superiores y en ello estaba el Papa Luna, forjan en el compromiso de Caspe la unión de la casa de Aragón con la casa Trastámara y, definitivamente,  con Fernando II de Aragón, la unidad de España.

Volviendo a la bandera y a las disputas que por ella hay entre Cataluña y Aragón, no hay mucho que decir ni que reivindicar. Aragón tiene su bandera, la cuatribarrada. Es la bandera histórica del rey de Aragón, del reino de Aragón y de la nación aragonesa. Además la bandera está blasonada con el escudo de Aragón lo que le da un mayor realce y proyección histórica. Nosotros no somos quienes para decirles a los catalanes la bandera que deben enarbolar. Es más, ellos (al menos lo independentistas) están dispuestos a modificarla añadiéndoles elementos masónicos como un triángulo azul y una cruz de cinco puntas (la cruz de cinco puntas en la masonería significa la perfección absoluta).

Los aragoneses somos fieles a nuestra bandera histórica y a nuestro blasón que señala la antigüedad de nuestra tierra y de nuestras instituciones.

Nada pues que decirles a los catalanes. Es el momento de no mirar a los costados ni compararnos con nadie. El origen de nuestra bandera y su pervivencia a lo largo de los siglos, está bien asentada.

Aragón no es una comunidad muy potente en el concierto nacional, pero sí que lo debe ser en la firmeza y defensa de sus símbolos, de su cultura (su lengua), de su derecho y de su cohesión como pueblo.

Nacimos de unos pequeños condados en los más “duro” de los pirineos centrales y nuestra historia no ha estado exenta de luchas contra fuerzas más poderosas. Hemos sobrevivido y eso ya es un éxito que nadie puede robarnos.

***
**
*