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sábado, 11 de mayo de 2024

Mayo2024/Miscelánea. LAS ERMITAS DE ENCINACORBA

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DESCRIPCIÓN DE LAS ERMITAS DE ENCINACORBA

Por Chusé María Cebrián Muñoz

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Encinacorba posee cinco ermitas en su término municipal y, cada una de ellas, tiene características diferenciadoras del resto. Primeramente las enumeraremos atendiendo a criterios poco rigurosos de su origen constructivo dado la falta de documentación y de datos de las mismas. Así pues, en primer lugar podemos citar a la ermita de San Cristóbal (en ruina total) y de Santa Quiteria. Ambas están construidas en tapial y pueden estar ubicadas entre los siglos XII y XIII.

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SAN CRISTÓBAL

En ruina total. San Cristóbal tuvo la función de reunir la junta de aguas de los representantes de Cariñena, Paniza y Encinacorba. Situada sobre un altozano sobre la huerta Carnicer vigilaba una importante surgencias de agua que debía y de hecho abasteció  a Cariñena de agua de boca, de riego, movió un molino y abasteció a dos tejerías, además, esta surgencia de agua junto con otra situada más abajo que llena la Estanca debería inundar una cava excavada rodeando la muralla de Cariñena en caso de ser asediada (el asedio de la Guerra de los dos Pedros guardó en Cariñena amarga memoria durante siglos).

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SANTA QUITERIA

La ermita de santa Quiteria, objeto actual de especial atención, está bajo la advocación de esta santa protectora contra la rabia. Está desmantelada y en la iglesia parroquial se guarda una imagen en bulto de la titular. Dos notas antes de pasar a su descripción. En su interior hubo enterramientos porque tenemos fotografías de las lápidas y por ello pensamos que debió de haber una cofradía encargada del templo.  La otra cuestión a reseñar es que, es tradición en la villa, que en algún momento en la parte exterior se hicieron enterramiento con motivo de alguna peste, ya que en la pared exterior de levante se conservan cruces incisas y que con el tiempo debieron desprenderse las cruces originales.

Descripción: Perteneciente al gótico más primitivo, se trata de uno de los escasos ejemplos de este estilo en la provincia de Zaragoza. Levantada sobre una planta de nave única, de tres tramos, y cabecera recta, al exterior se caracteriza por la utilización de tapial entre hiladas de ladrillo; la articulación de los muros se reduce a la existencia de toscos y gruesos contrafuertes de ladrillo construidos en el siglo XVI momento en el que se llevó a cabo el acceso, abierto en el muro de la epístola a modo de arco de medio punto de gran rosca de ladrillo.

En el interior destaca especialmente la armadura de madera de madera a dos aguas que apoyada sobre arcos diafragma apuntados, que descargan en los muros a través de pequeñas pilastras, cierra la nave; a pesar de la austeridad decorativa destaca la tracería gótica en las vigas y de las ménsulas donde apoyan. Igualmente de interés resulta el coro elevado sobre dos arcos rebajados moldurados.

Constructivamente la ermita pertenece a la tipología característica del gótico, y a pesar de no ser un modelo ejemplar de este estilo, se trata de uno de los escasos ejemplos del gótico primitivo en la provincia de Zaragoza, constituyendo una construcción de carácter bastante popular aunque ciertamente interesante. Texto: SIPCA.

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SANTA CRUZ

En tercer lugar citaremos a la ermita de Santa Cruz que tiene una peripecia más sustancial. El lugar pudo ser, como sucede en muchos puntos de España,  especialmente señalado por las religiones paganas. Era común señalar lugares propicios  potenciadores de la vida que funcionaban como válvula de escape frente a la monogamia (Yerma, de García Lorca). Sobre estos lugares la Iglesia construyó ermitas y trató de suprimir las prácticas ancestrales. De estas prácticas quedan la bendición de los términos y una especie de juego erótico conocido como “El Culé”. También este monte era punto desde el que se controlaba la entrada al valle por el puerto del Alto de San Martín. Por esa razón, la ermita y su torre con campana para avisar a la población, fueron destruidas por las tropas napoleónicas al entrar por dicho  puerto del Alto de San Martín.

La ermita en sí y los espacios anejos tuvieron pretensión de ser convertidos en un santuario. Incluso se realizaron encuentro juveniles y de retiro espiritual en tiempos del franquismo. En la actualidad conserva una ermita de una nave con arcos de medio punto y techo con vigas de madera. Anexas a la ermita tiene varias salas de uso popular. En la capilla del baptisterio de la iglesia se conserva un cuadro al óleo que reproduce el hallazgo de la cruz en que murió Cristo.

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ESCONJURADERO

La siguiente ermita que veremos es la conocida como “esconjuradero” y se cita como la situada más al sur de Aragón. Es sencilla, de una nave y techo de madera a dos aguas. En un principio debió tener cuatro ventanas, desde las cuales se realizaba el esconjuro a los cuatro puntos cardinales, pero pronto se transformó. Se colocó un fantástico Cristo llagado que ha sido restaurado y catalogado. Al Cristo le acompañan las imágenes de la Virgen y San Juan (sin restaurar) por lo que constituye un Calvario. Esta ha sido la función prioritaria de la ermita durante cientos de años hasta que se trasladó el Cristo a la parroquial. Quedan fragmentos, también restaurados, de un retablo gótico atribuido al maestro de Langa del Castillo. Los ventanales laterales han sido cegados y, solamente queda, la ventana a los pies de la ermita, que durante mucho tiempo sirvió de oratorio piadoso.  La ermita, después de ser desmantelada, ha tenido otros usos como una estufa de yoduro de plata para espantar (tal vez esconjurar) las tormentas.

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HUMILLADERO

La última ermita y la más moderna es la conocida como del “Humilladero”. Los humilladeros pueden tener varias formas: la más común es una simple cruz, generalmente conocida como Cruz de Término (de viaje).  En otras ocasiones el humilladero está más elaborado porque la cruz está cubierta con una pequeña techumbre a cuatro aguas, en este caso se le llama “Cruz Cubierta”. Y, finalmente, como es el caso, el humilladero es una ermita que tiene un atrio cubierto y dos ventanas desde las que el viajero daba gracias por haber tenido buen viaje. La ermita es de construcción moderna y en su interior hay un retablo barroco con el preceptivo Cristo que debe tener un humilladero.

En el siglo XVII hubo un movimiento municipalista que se centró en las ermitas. En ellas se acogían las cofradías, realizaban sus juntas y programaban sus actividades. Los cofrades tenían el privilegio de poder ser enterrados en su interior, que al ser lugar sagrado, era una garantía de llegar con certeza al cielo.

Recuperar el patrimonio es recuperar nuestro pasado.

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