RESEÑA SOBRE EL DANCE DE ENCINACORBA
Por Enrique Gómez Lázaro
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La señora
Valentina Gracia, la tía Galletera, o mejor, la abuela de Encinacorba, que va
por los cien años (98) y por tanto nació nada más ser escrito el dance de
Encinacorba por el Padre Dionisio Fierro Gasca- aclarado ya su nacimiento en
Atea de madre encinacorbera-, me contó que se acuerda de haber visto una
representación del dance cuando ella tenía 17 años, es decir, en 1904. (¡No se
iba a acordar, siendo su novio uno de aquellos danzantes!) Se guarda una
fotografía con los componentes de este dance. Seguramente fue la primera vez
que se representó y probablemente supervisado y presenciado por su mismo autor,
ya que murió en 1916. Uno de los danzantes de la representación habida durante
la construcción del ferrocarril, allá por el año 1929. Recuerda la señora
Valentina que hubo en aquella ocasión un diablo - el tío Cutandero, que actuó
durante la construcción del ferrocarril y que atronaba la plaza con sus
bravatas y amenazas. De niño vi las representaciones de los años cuarenta,
dirigidas magistralmente por Alejandro Palacios y Cecilio Gimeno. Varios de sus
intérpretes han pasado a la Historia del Dance de Encinacorba como fabulosos:
Chaparrudo, sentencioso y socarrón el mayoral Rafael Hernández, fino y
despejado el zagal Andrés Losilla, nervioso y espectacular el diablo Félix
Tapia Morales, alias El Barrenas, grave y ceremonioso el peregrino Jesús Marín,
alias el Ropera, lastimero y pobre de solemnidad el pobre Esteban Tapia,, alias
el Bolo. ¡Y qué briosos danzantes! Yo también he sido un hombre afortunado con
el dance de Encinacorba. creo que varios de vosotros también pasaréis a la
historia de nuestro dance como fabulosos intérpretes. Para todos nosotros era
una raya muy difícil de alcanzar la conseguida por la gente de Alejandro
Palacios. Algunos vinisteis a ensayar acomplejados. Un ejemplo, Manolo Gascón,
nuestro pobre de hoy. Se acordaba, como me acordaba yo, del inefable papel de
pobre que hizo el Bolo. Jamás yo lo podré hacer como él, pensaba. Yo le repetía
que se olvidara de aquel pobre, como repetía a los demás actores que se
olvidasen de sus antecesores. el Bolo representó el papel como era él y sus
tiempos; tú, le recalcaba yo a Manolo, lo tienes que representar como eres tú y
nuestros tiempos. En la última representación Manolo Gascón logró un pobre
inolvidable, sencillo, sumiso y agradecido, pobre de verdad. Yo, y creo que los
demás, recordamos al diablo Alfredo Pardos como dueño de la escena, aspiración
máxima de cualquier actor o actriz, por el poderío de su voz bien timbrada,,
por la expresión de sus brazos y manos y por el imperio de su mirada.
Recordamos el porte distinguido, el fervor y el bien decir de nuestro
peregrino, Pedro Gracia,. Recordamos también la honda emoción y la señorial
expresión de nuestro comendador, Fernando Gasca. Gozamos aún de la picardía, el
gracejo y el desparpajo de nuestros dos zagales, Antonio Gracia Perruca y
Manuel Sancho Gascón. Admiramos la frescura y docilidad de nuestros dos
ángeles, Carlos Tapia y David Casanova. Nos enorgullece la bizarría de nuestros
dos generales, Gonzalo Serrano y Jesús Marín Casanova. Nos sale al encuentro la
autoridad de nuestro regidor, Fidel Auré y la naturalidad de nuestro paje, José
María Gasca Ruesca. Admiramos la esbelteza y la sencillez de nuestros jóvenes
danzantes. Y me he dejado para el final al protagonista de todos los dances,
desde sus tiempos primitivos, al mayoral, a nuestro mayoral, Antonio Gracia
Gimeno. Su apostura, su mando comprensivo y su cuidada dicción son difíciles de
olvidar. Algunos, repito, creo que dentro de unas décadas pasaréis al recuerdo
de las gentes como actores fabulosos del dance de Encinacorba. Ahora nos damos
cuenta de que en arte las comparaciones son malas, si no inútiles, cada uno
actúa como es y como son sus tiempos. La gente de Alejandro Palacios hizo una
raya artística en la representación del dance de Encinacorba. Vosotros habéis
hecho otra raya. Esperemos que quienes os sucedan hagan otra raya, distinta,
pero también raya artística. Facilidades tendrán más que habéis tenido vosotros.
Yo he tenido
suerte con el dance de Encinacorba porque su último director, Alejandro
Palacios, guardador del texto, me ayudó a elegiros a vosotros y se acercó a los
primeros ensayos mientras pudo subir el hombre, ya enfermo, por esas
escaleras...tuve suerte con los preparadores de las danzas: Cesáreo Sancho,
Julián Gasca García y Ernesto Guillén. Yo tenía el texto íntegro, ellos sólo
contaban con unas simples anotaciones sobre la coreografía de las danzas,
hechas por Cecilio Gimeno, y el recuerdo de su experiencia como bailadores
hacía 30 años. A pesar de ello, lograron al final entre los tres sacar las
danzas auténticas de Encinacorba. Tuve suerte por la colaboración especialísima
de Anselmo Palacios Gasca. El fue el diseñador de los trajes más importantes de
nuestro dance. El me ayudó a conseguir dinero de allá y de acullá. El me animó
y me aconsejó cuando hizo falta.
Tuve suerte con
el Dance de Encinacorba por la colaboración de los músicos de aquí. Ellos
desempolvaron las partituras de las danzas y dieron a estas el ritmo, la alegría
y la finura precisas. Tuve suerte con los ayuntamientos y las comisiones de
festejos que hubo en las tres representaciones. Sus facilidades fueron las
máximas, como lo fueron las que me dió el señor cura, Ernesto Valenzuela, desde
dejarnos ensayar en la misma iglesia hasta permitirnos guardar en la sacristía
todo el material del dance.
No obstante,
recalco que, los importantes habéis sido vosotros, actores y danzantes. Como en
cualquier equipo deportivo, el día de la verdad, el día de la representación
auténtica y definitiva, nosotros, los directivos y preparadores, nos quedábamos
en la banda, mientras vosotros ibais pasando al cuadrilátero para quedaros
solos, con toda la responsabilidad sobre el resultado. Y como este resultado
fue muy bueno, yo os felicito esta noche públicamente y pido a los demás un
gran aplauso para vosotros.
Bien, hablemos ahora del futuro de nuestro dance. Ahí tenemos todo el vestuario y todos los utensilios, con valor hoy superior al medio millón de pesetas. Ahí tenemos el texto y las grabaciones, en sonido y en vídeo, esperando que gentes de Encinacorba vuelvan a representar nuestro dance en la bellísima plaza de la villa. Por mi parte he terminado cansado. Hace falta que alguien, con nueva visión, con espíritu nuevo y con toda la ilusión del mundo me sustituya. De momento es todo cuanto tengo que decir.
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