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lunes, 24 de enero de 2022

Enero2022/Miscelánea. EN MEMORIA DE ENRIQUE GÓMEZ LÁZARO (DIRECTOR DEL DANCE DE ENCINACORBA)

 

RESEÑA SOBRE EL DANCE DE ENCINACORBA

Por Enrique Gómez Lázaro

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La señora Valentina Gracia, la tía Galletera, o mejor, la abuela de Encinacorba, que va por los cien años (98) y por tanto nació nada más ser escrito el dance de Encinacorba por el Padre Dionisio Fierro Gasca- aclarado ya su nacimiento en Atea de madre encinacorbera-, me contó que se acuerda de haber visto una representación del dance cuando ella tenía 17 años, es decir, en 1904. (¡No se iba a acordar, siendo su novio uno de aquellos danzantes!) Se guarda una fotografía con los componentes de este dance. Seguramente fue la primera vez que se representó y probablemente supervisado y presenciado por su mismo autor, ya que murió en 1916. Uno de los danzantes de la representación habida durante la construcción del ferrocarril, allá por el año 1929. Recuerda la señora Valentina que hubo en aquella ocasión un diablo - el tío Cutandero, que actuó durante la construcción del ferrocarril y que atronaba la plaza con sus bravatas y amenazas. De niño vi las representaciones de los años cuarenta, dirigidas magistralmente por Alejandro Palacios y Cecilio Gimeno. Varios de sus intérpretes han pasado a la Historia del Dance de Encinacorba como fabulosos: Chaparrudo, sentencioso y socarrón el mayoral Rafael Hernández, fino y despejado el zagal Andrés Losilla, nervioso y espectacular el diablo Félix Tapia Morales, alias El Barrenas, grave y ceremonioso el peregrino Jesús Marín, alias el Ropera, lastimero y pobre de solemnidad el pobre Esteban Tapia,, alias el Bolo. ¡Y qué briosos danzantes! Yo también he sido un hombre afortunado con el dance de Encinacorba. creo que varios de vosotros también pasaréis a la historia de nuestro dance como fabulosos intérpretes. Para todos nosotros era una raya muy difícil de alcanzar la conseguida por la gente de Alejandro Palacios. Algunos vinisteis a ensayar acomplejados. Un ejemplo, Manolo Gascón, nuestro pobre de hoy. Se acordaba, como me acordaba yo, del inefable papel de pobre que hizo el Bolo. Jamás yo lo podré hacer como él, pensaba. Yo le repetía que se olvidara de aquel pobre, como repetía a los demás actores que se olvidasen de sus antecesores. el Bolo representó el papel como era él y sus tiempos; tú, le recalcaba yo a Manolo, lo tienes que representar como eres tú y nuestros tiempos. En la última representación Manolo Gascón logró un pobre inolvidable, sencillo, sumiso y agradecido, pobre de verdad. Yo, y creo que los demás, recordamos al diablo Alfredo Pardos como dueño de la escena, aspiración máxima de cualquier actor o actriz, por el poderío de su voz bien timbrada,, por la expresión de sus brazos y manos y por el imperio de su mirada. Recordamos el porte distinguido, el fervor y el bien decir de nuestro peregrino, Pedro Gracia,. Recordamos también la honda emoción y la señorial expresión de nuestro comendador, Fernando Gasca. Gozamos aún de la picardía, el gracejo y el desparpajo de nuestros dos zagales, Antonio Gracia Perruca y Manuel Sancho Gascón. Admiramos la frescura y docilidad de nuestros dos ángeles, Carlos Tapia y David Casanova. Nos enorgullece la bizarría de nuestros dos generales, Gonzalo Serrano y Jesús Marín Casanova. Nos sale al encuentro la autoridad de nuestro regidor, Fidel Auré y la naturalidad de nuestro paje, José María Gasca Ruesca. Admiramos la esbelteza y la sencillez de nuestros jóvenes danzantes. Y me he dejado para el final al protagonista de todos los dances, desde sus tiempos primitivos, al mayoral, a nuestro mayoral, Antonio Gracia Gimeno. Su apostura, su mando comprensivo y su cuidada dicción son difíciles de olvidar. Algunos, repito, creo que dentro de unas décadas pasaréis al recuerdo de las gentes como actores fabulosos del dance de Encinacorba. Ahora nos damos cuenta de que en arte las comparaciones son malas, si no inútiles, cada uno actúa como es y como son sus tiempos. La gente de Alejandro Palacios hizo una raya artística en la representación del dance de Encinacorba. Vosotros habéis hecho otra raya. Esperemos que quienes os sucedan hagan otra raya, distinta, pero también raya artística. Facilidades tendrán más que habéis tenido vosotros.

Yo he tenido suerte con el dance de Encinacorba porque su último director, Alejandro Palacios, guardador del texto, me ayudó a elegiros a vosotros y se acercó a los primeros ensayos mientras pudo subir el hombre, ya enfermo, por esas escaleras...tuve suerte con los preparadores de las danzas: Cesáreo Sancho, Julián Gasca García y Ernesto Guillén. Yo tenía el texto íntegro, ellos sólo contaban con unas simples anotaciones sobre la coreografía de las danzas, hechas por Cecilio Gimeno, y el recuerdo de su experiencia como bailadores hacía 30 años. A pesar de ello, lograron al final entre los tres sacar las danzas auténticas de Encinacorba. Tuve suerte por la colaboración especialísima de Anselmo Palacios Gasca. El fue el diseñador de los trajes más importantes de nuestro dance. El me ayudó a conseguir dinero de allá y de acullá. El me animó y me aconsejó cuando hizo falta.

Tuve suerte con el Dance de Encinacorba por la colaboración de los músicos de aquí. Ellos desempolvaron las partituras de las danzas y dieron a estas el ritmo, la alegría y la finura precisas. Tuve suerte con los ayuntamientos y las comisiones de festejos que hubo en las tres representaciones. Sus facilidades fueron las máximas, como lo fueron las que me dió el señor cura, Ernesto Valenzuela, desde dejarnos ensayar en la misma iglesia hasta permitirnos guardar en la sacristía todo el material del dance.

No obstante, recalco que, los importantes habéis sido vosotros, actores y danzantes. Como en cualquier equipo deportivo, el día de la verdad, el día de la representación auténtica y definitiva, nosotros, los directivos y preparadores, nos quedábamos en la banda, mientras vosotros ibais pasando al cuadrilátero para quedaros solos, con toda la responsabilidad sobre el resultado. Y como este resultado fue muy bueno, yo os felicito esta noche públicamente y pido a los demás un gran aplauso para vosotros.

Bien, hablemos ahora del futuro de nuestro dance. Ahí tenemos todo el vestuario y todos los utensilios, con valor hoy superior al medio millón de pesetas. Ahí tenemos el texto y las grabaciones, en sonido y en vídeo, esperando que gentes de Encinacorba vuelvan a representar nuestro dance en la bellísima plaza de la villa. Por mi parte he terminado cansado. Hace falta que alguien, con nueva visión, con espíritu nuevo y con toda la ilusión del mundo me sustituya. De momento es todo cuanto tengo que decir.

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