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sábado, 17 de junio de 2017

Junio2017/Miscelánea. LA ESTATUA DEL CID EN LA CIUDAD DE VALENCIA.

EL CID EN LA LEYENDA
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Rodrigo Díaz de Vivar, por sobrenombre el Cid campeador, ha vivido más en el imaginario de los españoles que en su verdadera realidad histórica. A ello ha contribuido entre otros factores el poema de Mío Cid y una España que descubre un nuevo continente y necesita esforzados caballeros que cumplan con su conquista y dominio.
La figura del Cid está renaciendo de mano de un “Camino” que recorre aquellos parajes que se citan en el Cantar y, de las recreaciones históricas que a tal efecto se han hacen. También, la novela histórica ha contribuido y José Luis Corral Lafuente es uno de sus mayores valedores. Este renacer llega, algo lento y pausado tras su caída.
El coto o límite como modelo de vida del Cid lo puso el regeneracionista aragonés Joaquín Costa. Costa advirtió que tras la pérdida de Cuba y Filipinas se había completado un ciclo histórico. Ya no era posible llegar a al éxito o lograr fortuna con el ejercicio de la armas. Ahora, había que preocuparse de otras cuestiones más prosaicas pero, más vitales. Se trataba de producir alimentos y de dar formación a nuestros jóvenes. Joaquín Costa, con esa displicencia aragonesa que a veces es letal sentenció: "DOBLE LLAVE AL SEPULCRO DEL CID".
Ahora, España ocupa el decimoséptimo (17) lugar en el mundo como potencia económica. Para llegar a tal situación el camino ha sido el señalado por el pensador aragonés: ESCUELA Y DESPENSA. Repoblación de los montes, pantanos, regadíos, industrias, universidades... etc. etc. Más de cien años lleva España desarrollando la tarea que nos propuso Costa. El resultado, con sus luces y sus sombras, ha sido bueno. Pero, ahora que vivimos en una sociedad con un buen nivel de vida, se mira al Cid y su leyenda en su dimensión cultural.
Burgos tiene los restos de este esforzado caballero enterrados en su impresionante Catedral. Valencia en su plaza de España mantiene la figura de esta adelantado que quiso abrir el camino de Castilla al Mediterráneo. Y, hasta el Poyo del Cid acaba de celebrar sus jornadas anuales con recreación de los hechos acaecidos allá en la lejana Edad Media.
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