INTERIOR DEL TEMPLO
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La primera impresión es de extrañeza
pues, te encuentras, en una amplia nave repujada completamente de pintura.
Contrasta lo gótico de la estructura con el barroquismo de las pinturas. Un
poco le sucede lo mismo a la iglesia de San Pedro en Teruel, que no llega a
ligar el gótico de su arquitectura con las pinturas modernistas.
El caso es que Antonio Palomino
diseña el programa iconográfico, pero no lo llega a realizar y será otro
pintor, un tal Dionís Vidal, quien lo lleve a la práctica. El resultado es de
un impacto total y para el que le guste el barroco, pues, fenomenal.
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