EL EJE FERROVIARIO BILBAO-SAGUNTO
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Si hay un asunto en el que los
turolenses deban estar en constante lucha. Si hay un asunto prioritario que
añadir a la lucha contra la despoblación, ese es, el ferrocarril. Si el
ferrocarril desaparece caemos por la pendiente del olvido general, nos
convertimos en otra población como Molina de Aragón (3.404 habitantes lejos de
todo). El tema del ferrocarril, pues, es recurrente en Teruel. Su desaparición
supondría un golpe mortal a cualquier intento de supervivencia del territorio.
Produciría una crisis, algo parecido (guardando las distancias, desde luego) a
lo que sucedió con la perdida de Cuba en 1898 que supuso un replanteamiento general
de todos los parámetros con los que se conforma nuestra realidad política,
social y económica.
Pensando en ser prácticos, en
reivindicar lo que es más necesario por el momento y con la mirada puesta en el
eje Cantábrico-Mediterráneo. Tres son las prioridades que tiene nuestra línea en el tramo
Zaragoza-Sagunto:
1º.- SEGURIDAD
2º.- APARTADEROS
3º.- ELECTRIFICACIÓN
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El primero y más importante punto es
la seguridad, pero la seguridad no se puede hacer como hasta ahora, que se ha
reducido a poner señales de limitación de velocidad sin arreglar la vía. Tiene
que ponerse la vía en condiciones mediante las necesarias obras que mantengan
los raíles en condiciones, arreglar los taludes y terraplenes, los cruces y
pasos a nivel, los túneles y, sobre, todo un sistema de seguridad (tren-tierra)
que supere al actual ya obsoleto y parcialmente instalado (una vergüenza).
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Los apartaderos son una exigencia de
la vía única (con doble vía no serían necesarios). El eje ferroviario que pasa
por Teruel debe tener, como primer componente de su viabilidad, el transporte
de mercancías ya que el número de pasajeros no es grande pues, pasa por un
territorio desértico. Enlazar con el Cantábrico sería básico para potenciar el
tráfico de pasajeros.
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La electrificación de la línea ya fue
otra de las promesas incumplidas y nace cuando se prometió la famosa “lanzadera”
entre Teruel y Zaragoza al construirse el AVE Madrid –Barcelona. El AVE pasó
por las cuatro capitales catalanas y aquí se prometieron tres lanzaderas: Huesca,
Teruel y Pamplona.
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Nuestro problema ferroviario, no
radican en las grandes sumas de dinero que tiene que aportar el Estado en los
presupuestos para esta obra. Son derivados del abandono institucional. Pero
sobre todo, duele, que las pequeñas partidas que se adjudican cada año en los
PGE no lleguen a ejecutarse: “Alguien nos está poniendo la pierna encima y no
nos deja levantar cabeza”. Luego vemos, como los políticos callan, pues, tiene
más afecto a su sillón (sueldo) que a su deber de defender y potenciar la
provincia (circunscripción electoral).
Como el enfermo que llega al hospital
con parálisis y es preciso, en primer lugar, descubrir las causas. Así, todas
las asociaciones y coordinadoras que simpatizan por el ferrocarril deben andar
sin ambigüedades. Nuestro futuro no debe estar a merced de una mentira piadosa.
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