Esta imagen es la que veían los viajeros de los siglos XVII y XVIII al llegar a Encinacorba. En primer lugar la ermita y, al fondo, el caserío. Hoy, la ermita está prácticamente en ruina. Si no se declara en ruina es porque PATRIMONIO ni siquiera tiene interés en venir hasta aquí y hacer un informe sobre su situación actual. Hoy se trabaja de forma electoralista, buscando el voto de forma desesperada..., para mantener el sillón. No hay más expectativa y muchas personas, desesperadas, ven/vemos la ruina de nuestro patrimonio como un mal irremediable, como una maldición divina, como un destino irremisible. Se gasta a manos llenas en temas que dan votos y se abandona inmisericorde a piezas de nuestro patrimonio de singular importancia. Esta ermita es el único ejemplar de la provincia de Zaragoza representante de la transición del románico al gótico. ¡ Pero, no importa! Esta pequeña ermita no da VOTOS.
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Así están las cosas.
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