EL CRISTIANISMO
(El fruto de un fracaso)
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No son pocos los que admiten que el
verdadero origen del cristianismo está en San Juan Bautista. Este Bautista era
el líder de un grupo de judíos que pretendían liberar a su pueblo del yugo
romano (tema recurrente en la historia del pueblo judío). Este grupo era conocido por el apelativo de los nazoreos, es decir de los
elegidos. En este grupo de “elegidos” entra Jesús mediante el rito del bautismo
en el Jordán de manos de Juan el Bautista y, a este mismo grupo, pertenecía
Barrabás.
Juan el Bautista recibe a Jesús (eran primos) con
gran alborozo. Conocía su fama de predicador y lo reconoce como nuevo líder.
Sin embargo, Jesús se desentiende pronto de la lucha contra los romanos y así
declara “Dad a Dios lo que es de Dios y al Cesar lo que es del Cesar”. Pero
sobre todo, los romanos descartan el peligro de Jesús cuando les manifiesta: “Mi
reino no es de este mundo”. El perdón de Roma viene acompañado del repudio de
la casta sacerdotal judía que prefiere a Barrabás (leal a la causa judía) antes que a Jesús.
Crucificado Jesús la secta entra en declive.
Hubiera desaparecido a no ser por la determinante aparición de San Pablo. A San Pablo, más que a nadie se debe el éxito
de la nueva religión que nace con el martirio de San Esteban.
San Pablo hace tres cosas
fundamentales: La primera es predicar a los gentiles. Gentiles eran todos
aquellos que no eran judíos. Y aquí, entre los gentiles, encuentra campo
abonado y la comunidad cristiana va creciendo exponencialmente, mientras que,
entre los judíos, apenas hay conversiones.
La segunda cosa importante que hace
San Pablo es incorporar la filosofía aristotélica a su nueva religión. El
hombre está dotado de cuerpo mortal y de alma inmortal. Convierte al hombre en
un semidiós a imagen de los héroes griegos.
Y, en tercer lugar, señala que todo
poder procede de Dios. Desde entonces la religión estará siempre con el PODER, con
quien detente el poder político, sea cual sea la forma de obtenerlo y de ejercerlo.
No extrañará pues, que los cristianos
estén aliados con formas de poder que son contradictorias. Por ejemplo, con
dictaduras. Durante el franquismo las monedas llevaban la inscripción:
FRANCISCO FRANCO CAUDILLO DE ESPAÑA POR LA GRACIA DE DIOS. Pero en este mismo
tiempo y durante el Concilio Vaticano II a instancia del clero francés, nace la
Teología de la Liberación (actual Papa). Y, nace, porque la mayor parte de la
humanidad vive bajo el régimen socialista. Y si el poder es socialista, la
iglesia debe estar con ese poder, según enseñanzas de San Pablo.
Estar al abrigo del poder ha dado
gran rendimiento a la religión cristiana. En la actualidad el clero está en
sintonía con el poder socialista en España. El presidente de la Conferencia
Episcopal Española el turolense Omella Omella ha logrado desencallar un viejo
conflicto con el Estado. Se trata de las INMATRICULACIONES de los bienes
eclesiásticos. El tema se ha resuelto al 90% y ya nadie habla del tema.
Y es que el poder es como la imagen
de la Virgen de la Misericordia bajo cuya capa está el pueblo de Dios protegido.