Siguen las "tormentas en la Ibérica" que mantienen el campo con un tono de vegetación muy aceptable. Los jardines rebosan de flores y los arboles frutales, si evitan el pedrisco, darán una gran cosecha. Las viñas, debido a la humedad sienten las plagas del oídio y del mildiu. Cosechan en el Jiloca y en Campo Romanos el cereal. Tras años de sequía el actual se presenta venturoso.
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